Con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, la diputada por la agrupación Creemos, María Rene Álvarez, señaló que, en Bolivia, la principal amenaza es el daño a la biodiversidad que se provoca por acciones relacionadas directamente con el manejo de la política y el Estado.
Álvarez observó una permisividad con la actividad extractivista minera, con concesiones cada vez más amplias para que un sector sea beneficiado, incluso amenazando con ingresar a áreas protegidas, “todo por la prebenda política del voto”.
Sostuvo además que, con la aprobación de nuevos contratos mineros para ampliar la actividad de los cooperativistas, áreas protegidas corren riesgo de ser destruidas.
En criterio de Álvarez, otro factor que atenta contra la biodiversidad son los avasallamientos y los incendios forestales, principalmente en la Amazonía y Chiquitanía de Bolivia, donde cada año se provocan quemas descontroladas bajo la absurda práctica del chaqueo.
“Quienes generan ese daño son otros grupos aliados al gobierno central, que son beneficiados con tierras o no son sancionados cuando arrebatan las tierras, sobre todo contra las comunidades indígenas que cada vez quedan más desplazadas y reducidas ante esta nueva forma de colonización”, sostuvo.
En ese contexto, sostuvo que la contaminación es un problema real y lo ocasionan grupos que llegan a hacer desmontes y dejar asentamientos que consumen los recursos y generan residuos sólidos orgánicos e inorgánicos.
“El discurso de la Madre Tierra se maneja como una retórica en palestras internacionales, como la última intervención del vicepresidente David Choquehuanca en Naciones Unidas, pero en Bolivia la contaminación y la depredación van avanzando, en especial contra las áreas protegidas y los pueblos indígenas”, agregó.
El Día Internacional de la Madre Tierra es conmemorado cada 22 de abril para generar conciencia sobre el impacto que genera la contaminación, la importancia de cuidar la biodiversidad y la responsabilidad ambiental del ser humano.