Desde tempranas horas autoridades nacionales, departamentales y municipales entregaron ofrendas florales ante la estatua de Eduardo Abaroa Hidalgo, en conmemoración a los 145 años de la heroica defensa de Calama. Posteriormente, el presidente del Estado, Luis Arce Catacora, encendió la tea. Del acto, también participó el alcalde de La Paz, Iván Arias, acompañado de su comitiva. Este año fueron adelantados estos actos por la realización del Censo Nacional de Población y Vivienda 2024.
Las actividades iniciaron al promediar las 8:00 horas de ayer, cuando Arce entregó la primera ofrenda floral a los pies del monumento de Abaroa situado en la plaza del mismo nombre.
Posteriormente, otras autoridades y representantes de instituciones del Estado también presentaron sus ofrendas florales, entre ellos, como a las 8:23 horas, el alcalde de La Paz, Iván Arias, acompañado de su comitiva, se hizo presente y entregó la ofrenda floral del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.
Arias estuvo acompañado por el secretario Ejecutivo, José Carlos Campero y el asesor general de la Alcaldía de La Paz, Óscar Navarro.
Una vez concluida la entrega de las ofrendas, el primer mandatario de Estado, acompañado por el vicepresidente, David Choquehuanca, procedieron a realizar los honores a la Bandera del Estado Plurinacional, la Whipala y a la de reivindicación marítima.
Luego se procedió al encendido de la llama votiva a cargo del presidente de Bolivia, entonaron el canto a Eduardo Abaroa, después hubo un silencio plegaria con 21 salvas de artillería, el discurso presidencial y se concluyó con la entonación de la Marcha Naval.
Los actos conmemorativos al Día del Mar fueron adelantados, entre el jueves y ayer, debido a que hoy se lleva a cabo el Censo de Población y Vivienda 2024 en todo el territorio nacional.
Los restos de Abaroa fueron trasladados el jueves desde la iglesia de San Francisco hasta la plaza Abaroa donde pasaron toda la noche resguardados por oficiales de la Armada.
HISTORIA
En Bolivia, cada 23 de marzo se recuerda el Día del Mar en homenaje a la hazaña histórica de Eduardo Abaroa en la defensa de Calama, tras la invasión chilena al departamento del Litoral.
Una invasión chilena en febrero de 1879 y seguida por la Guerra del Pacífico (o del Guano y el Salitre), que tuvo lugar entre 1879 y 1884, movió la frontera y esto dejó a Bolivia sin 120 mil kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros de costa.
Ante esa situación y con la convicción de buscar una salida soberana al mar, Bolivia acudió a la Corte Internacional de Justicia de La Haya en Holanda, pero el 1 de octubre de 2018, esa instancia emitió un fallo final, según el cual Chile no está obligado a negociar la salida soberana al océano Pacífico que pidió Bolivia.
Por otro lado, respecto a Abaroa se conoce que se enlistó como voluntario en la brigada heroica organizada por Ladislao Cabrera y es recordado por su valentía y su célebre frase que trascendió fronteras “¡Que se rinda su abuela… Carajo!”.
El coronel chileno V. Villagrán (1880) señaló, en una de las primeras biografías del héroe, que Abaroa “no investía carácter militar, pero era boliviano y sobre todo un buen patriota”.
El compatriota falleció a los 41 años, su cadáver fue recogido por las tropas enemigas, se lo sepultó silenciosamente en el cementerio del pueblo de Calama y recién, en 1952, sus restos fueron trasladados a Bolivia y permanecen guardados en un cofre en la cripta del Museo San Francisco de La Paz, recinto ubicado en el subsuelo de la Iglesia del mismo nombre.
Cada 23 de marzo, autoridades nacionales y municipales, entre otras, sacan los restos para rendir honores al héroe de Calama.