Es un día en que la mayoría de la población está ansiosa por hacerse censar y saber los resultados, con la esperanza de que su departamento, región, municipio, centro urbano, etc., tenga un mayor número de habitantes, para tener mayores recursos y, por ende, mayor progreso. Lamentablemente, el día elegido para realizar el Censo Nacional de Población y Vivienda, es una fecha muy significativa y triste para los verdaderos bolivianos, que recordamos y elevamos nuestras voces de protesta y repudio al mundo por la pérdida de nuestra salida soberana al mar, con desfiles cívicos y militares, rindiendo homenajes a nuestros héroes, que dieron su vida en los campos de batalla. El Censo apagará esta fecha y todas estas muestras de patriotismo.
Seguimos con el interrogante: ¿A quién se le ocurriría hacer el censo un 23 de marzo?, fecha sagrada, ya que después de nuestro himno nacional esta nuestra irrenunciable obligación patriótica de volver a nuestro MAR. Para colmo esta fecha está en fin de semana. Son dos errores que traerán consecuencias irreversibles, considerando que este es un censo de hecho y no de Derecho. Porque según normas internacionales, un censo debería realizarse a media semana (miércoles), para evitar el flujo de habitantes. Un fin de semana se presta a que mucha gente se traslade de un lugar a otro, luego de ser censado, para ser encuestado por segunda vez en otro lugar. Problema que se presenta especialmente entre municipios y regiones, debido a que muchas autoridades se dan la tarea de obligar a la gente a ocupar sus viviendas ese día, so pena de ser multados o desalojados de sus inmuebles sino se encuentran en ellos, sabiendo que habitualmente no viven en éstos. Esta situación se genera porque simplemente el gobierno determinó que, de acuerdo con el número de habitantes serán otorgados recursos, ¡CRASO ERROR! Como alternativa, se debería dar recursos según necesidades, con la presentación de planes y proyectos por regiones y/o municipios, para que, de esta manera, se evite ese día el flujo de gente que se va a movilizar de un lugar a otro, dando como resultado una información falsa, fuera de la realidad, afectando los resultados finales, que NO serán confiables ni fidedignos.
Estas observaciones sobre fecha del censo, recursos de acuerdo con población, además del problema de límites, fueron enviadas al presidente del país en una carta, el 31 de marzo de 2023, misma que fue derivada a manos del Director del INE, quien lamentablemente les restó importancia…
Por otro lado, la Actualización Cartográfica (límites, toponimia y población) está mostrando falencias, puesto que están resurgiendo problemas de límites en algunas regiones del país, como ya se están manifestando en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.
Respecto a la carga de trabajo de cada censista, esperemos que no exista duplicidad, ni omisión en áreas de trabajo y que la segmentación (conteo de viviendas) tenga una cobertura total, en el trabajo de campo que ha realizado el INE.
Esperemos que la capacitación a los que nos van a censar, sea óptima, completa y didáctica de acuerdo con su manual de funciones y tengan el conocimiento necesario respecto al levantamiento de la información, ya que de ellos en gran manera depende el éxito o fracaso de este censo.
Es de suponer que con el presupuesto astronómico, (más de sesenta millones de dólares) asignado a este censo, tendría que ser muy superior a los anteriores en todo aspecto.
Lamentablemente, a estas alturas, no queda tiempo para subsanar errores del trabajo pre-censal, lo que afectarían los resultados finales; determinantes para la elaboración de planes y proyectos que logren el desarrollo del país. Lo único que nos queda a todos los habitantes del País es coadyuvar con el trabajo realizado por los técnicos del INE, permaneciendo en nuestros hogares este 23 de marzo, “Día del Mar”, esperando a los censistas y darles una información verdadera y fidedigna.
Todo por el bien de nuestra amada Bolivia.
El autor es Cartógrafo.