Enérgico levantamiento campesino en Europa

Muchas naciones europeas han sido desde febrero escenarios de grandes levantamientos de protesta de granjeros y agricultores que han salido a los caminos y han llegado a las capitales demandando la suspensión de medidas que, según ellos, perjudican su existencia y podrían llevarlos a que no tengan la suficiente producción para abastecer las ciudades, lo que provocaría una situación de hambre en el viejo continente.
Específicamente, las gigantescas marchas, con participación de millones de campesinos, pedían la suspensión inmediata de medidas agrícolas, como la subida de precios de la energía para la agricultura, la transición ecológica que implica reducir el uso de pesticidas, las importaciones de alimentos baratos desde países de otras regiones, etc., dispuestas por autoridades europeas. Algunas de las marchas, acompañadas de tractores y maquinarias, fueron enérgicamente reprimidas por policías, siendo detenidos algunos trabajadores de la tierra.
La reacción de los granjeros se intensificó a partir de que la Unión Europea ordenara reducir sus siembras a dos tercios, y el tercio que queda destinarlo a plantar árboles. Asimismo, se determinó la reducción de la ganadería. Esas y otras medidas estarían destinadas a reducir la emisión de gas carbónico y facilitar la limpieza del ambiente contaminado. Algunos sectores de oposición aseguran que también se busca reducir la población y acostumbrar a la gente a alimentarse con productos artificiales.
Según las autoridades, esas y otras resoluciones no están destinadas a atentar contra el derecho de propiedad de la tierra, sino que son solamente de tipo agrícola. Pero los agricultores europeos afirman que lo único que producirá esa política será la reducción de la alimentación y la subida de precios, lo cual, al mismo tiempo, hará que los granjeros vendan sus tierras y sean conducidos a la pobreza.
Lo cierto es que medidas de esa naturaleza son dictadas sin mayores consideraciones, por lo que conducen a una inesperada violencia y tienen que ser rectificadas por estar destinadas al fracaso. En Bolivia, sin llegar a la violencia han sido dictadas medidas agrarias que afectan a la propiedad de la tierra, y lo único que han ocasionado es que los campesinos abandonen sus tierras, migren a las ciudades, dejen de producir alimentos, mientras se erosiona la tierra, debido a cambios ecológicos y otros. Es decir, precisamente como puede suceder en Europa, donde se producen levantamientos de protesta de agricultores debido a políticas gubernamentales equivocadas.