No existe seguridad ni soberanía alimentaria en Bolivia

0
23

La Constitución Política del Estado, manda en el Art. 255, II Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente. Este mandato NO se cumple, porque a través del contrabando y legalmente se introduce a Bolivia, soya y maíz transgénico y otros productos alimenticios, sin control, así como la papa peruana, las frutas de Argentina y Chile y otros.

Bolivia tiene “una vocación agrícola inigualable, puede alimentar al mundo”, pero ahora importa alimentos porque no han sido adoptadas políticas públicas para fortalecer a los pueblos indígenas, no les otorga condiciones favorables, como caminos de acceso, riego y especialmente mercados externos, ya que hacen producir la tierra a través de la rotación de productos y sin la aplicación de insecticidas que destruyen y convierten en desiertos terrenos agrícolas. Contrariamente, el gobierno hace competencia a estos productores ecológicos que “garantizan la seguridad alimentaria”, al crear organismos como “EMAPA”, que compite con los productores.

De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero 2023, los productos que subieron de precios fueron la papa, carne de res sin huesos, que se elevó a Bs.2 por kilo, en sus diferentes cortes; el pollo llegó a Bs.19 por kilo; el cerdo de 22 a 28 Bs; el huevo de 70 centavos la unidad a Bs 1,50, el maple supera los 34 Bs, antes se lo podía encontrar en Bs 15; el tomate se vende a Bs 20 y 24, la cuartilla hace 2 semanas estaba en Bs 14, así como cuestan más la manzana y otros.

En la capital cruceña, en el mercado Mutualista, se comprobó que el maíz pasó de Bs 2 a Bs 3 la libra, el azúcar de Bs 180 a 230 el quintal, el tomate subió a Bs 100 la caja, la arroba de yuca de 70 Bs a 150, la harina está en Bs 7 la libra, fideo en Bs 2. También la mayonesa, gelatina, detergente, dulce de leche, shampoo, incrementaron sus precios entre 1 y 2 bolivianos por unidad. Los precios de los productos de la canasta familiar han experimentado un incremento constante en los últimos meses, por ello la moneda el Boliviano perdió terreno. No solo se observa elevación de precios en mercados de La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija, sin tomar en cuenta gastos para educación, vestuario, servicios públicos, transporte, vivienda, salud, entretenimiento, cultura, por lo que parte de la canasta familiar sigue en aumento de precio.

Once productos básicos elevaron sus precios en un porcentaje mayor a 17%; cinco productos incrementaron por encima de 40%, como quinua 79,6%; tomate 72,1%; lechuga 63,6%; nabo 41,7% y papa 40%, y las amas de casa optan por adquirir harina que llega de contrabando de la Argentina, lo que provoca pérdidas para la producción nacional. Ahora se observa el contrabando hormiga hacia el Perú de huevos, carne de pollo, de cerdo, aceite e incluso gas natural.

Para completar este panorama, Bolivia compra diésel de Argentina, Chile y Rusia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, importó en 2022 combustibles y lubricantes por valor de $US.4.066 millones, mientras que las exportaciones en este rubro se quedaron en $US.3.088 millones. Bolivia sigue importando ese combustible para cubrir la demanda nacional.

Santa Cruz cubre más del 70% de la producción de alimentos, que provienen del sector primario e implica un consumo masivo de diésel. El desabastecimiento amenaza a la SEGURIDAD ALIMENTARIA del país, por ello se debe atender la demanda de productores y hallar soluciones que garanticen la continuidad de la producción agrícola, cuya escasez pone en riesgo la producción de alimentos en el país. Con un tractorazo, trabajadores soyeros y cañeros cruceños, pidieron la abrogación de los decretos supremos 4.910 y 4.911, que establecen cupos para el acceso al carburante, con un límite de 120 litros mensuales, en caso de no estar registrados en las instancias correspondientes. Hecho que limita las labores de la cosecha de verano y el inicio de la zafra cañera, con grave perjuicio para dicho sector productivo.

Exigimos al gobierno que cumpla con lo que establece la Constitución en cuanto a la Seguridad Alimentaria para el pueblo boliviano que sufre, así como mayor control al contrabando. Debemos seguir el ejemplo del Paraguay y Brasil, que “hicieron revolución con su agricultura”.

 

La autora es Abogada, Economista, ex Asambleísta Constituyente.