Es urgente reforzar la educación de menores

Corresponde recordar que en varias reuniones de maestros se ha sostenido la necesidad de que los programas de estudios de niños sean reforzados de manera periódica, tomando en cuenta que todo cambia y aparecen constantemente nuevos conocimientos en diferentes áreas, así como novedosos métodos de enseñanza.
Hace pocos días, al revisar programas de estudio en escuelas de Estados Unidos se convino en la urgencia de “dar fuerza y consistencia a lo que hasta ahora hubiesen avanzado”, idea que cayó muy bien porque se considera que “todo es variante y requiere cambios y reforzamientos”. Por otra parte, escuelas de Europa, especialmente en Suecia y Noruega, han hecho anuncios sobre reforzamientos y cambios que fortalezcan los estudios en escuelas y colegios, a pesar de que, en los últimos diez años han recibido mucho apoyo, hasta en sus presupuestos financieros y curriculares.
En nuestro país, es general la convicción sobre las falencias que son encontradas en escuelas y colegios, en relación con los programas de enseñanza, atribuibles a la insuficiente formación profesional de los maestros, a los escasos sueldos que reciben, a las malas condiciones de infraestructura que se tiene en locales educacionales. Y, en muchos casos, a que no existen las especializaciones necesarias, diferenciando a niños y a otros factores que, según entendidos, deben ser objeto de “modificaciones importantes”. Inclusive se requiere la contratación de docentes especializados, considerando, por ejemplo, las diferencias que hay entre niños de entre 4 y 8 años de edad. Esto, pues, es lo que se debe hacer, sin esperar nuevas gestiones o cambio de autoridades en el sector de educación.
En Europa y Estados Unidos se consigna cada cierto tiempo variantes en sus programas de estudio, de tal modo que haya diferencias notables entre uno y otro año, en cuanto a asimilación de conocimientos, para favorecer a niños y jóvenes y orientarlos hacia carreras profesionales. Por todo ello es necesario que haya revisiones periódicas por parte de supervisores especializados en enseñanza, de manera que sepamos en qué nivel de aprendizaje están nuestros estudiantes, en comparación con el avance en educación que se observa en países vecinos.
En Bolivia, actualmente estudiantes y padres de familia se encuentran en medio de conflictos entre el magisterio y las autoridades del rubro, por la pretensión gubernamental de actualizar la currícula escolar. A pesar de ser una necesidad periódica, no se ha logrado amplio consenso entre todos los involucrados en el tema, por lo que han surgido demandas de los maestros que dejan ver que dicha medida es cuestionable e incompleta.