La actriz británica Naomi Ackie interpreta a Whitney Houston. “Ni siquiera cuento con las palabras para describir esto- Whitney siempre ha estado ahí, siempre presente en mi vida”, dice. “En cada boda, en cada funeral, en cada bautizo, en cumpleaños, en el karaoke, cuando estoy a solas, cuando estoy con amigos. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la primera vez que la escuché- eso ya no forma parte de las conversaciones. Sencillamente, siempre ha estado ashí”.
A causa de esto, cuando Ackie fue llamada para una prueba, se sintió intimidada ante el prospecto de encarnar a la icónica cantante- hasta que las cosas comenzaron a acomodarse. “Me sentí aterrorizada de inmediato, no sabía si podría siquiera intentarlo. A pesar de que las pruebas iban en aumento y de que el día de la selección se acercaba, yo me seguía sintiendo extraña”, dice. “Y entonces, la prueba final, fue el Día de Brujas, yo estaba disfrazada como Whitney, con su traje y su peinado, cantando ‘I Will Always Love You’, y algo dentro de mí hizo clic. Y entonces lo comprendí- yo sería capaz de contar esta historia”.
Lo que ‘hizo clic’ para Ackie no es otra cosa que el abandono de la leyenda y la atención prodigada a Houston y lo que ésta solía ser como cantante. “Ella sólo quería cantar”, dice Ackie. “Entiendo muy bien, a mí me ocurre lo mismo- con la actuación. No es algo tan complicado. Y descubrí que ella tenía un lado bromista, yo también lo tengo, pero combinado con un auténtico respeto por su arte y por la habilidad técnica, lo cual constituye mi meta, también”.
Para Ackie, la interpretación de Houston cambió su vida. “La encarnación de Whitney me proporcionó un poder que no había anticipado”, dice. “No suelo ser una actriz que regrese a casa convertida en su papel. Entre el grito de ‘acción’ y el de ‘corte’ soy puro sentimiento, pero todo esto lo dejo en la puerta del estudio. Sin embargo, con Whitney fue muy distinto. Pude canalizar mi propio poder de una manera novedosa, como nunca antes me lo habían pedido. Ya no se trataba solamente de interpretar a Whitney Houston”.
Stanley Tucci (previamente nominado para un Oscar) fue seleccionado para encarnar a Clive Davis. Tucci se sentía intrigado por la manera como Davis había hecho su propia carrera mediante la construcción de las carreras de ciertos artistas musicales. “Nunca fue músico- estudió leyes”, explica Tucci. “Pero terminó dirigiendo una compañía disquera y, sorprendentemente, contaba con un tremendo oído para la música- y no sólo la música de una cierta época. A lo largo de las décadas, Clive no cesó de comprender los rumbos que la música debía tomar”.
En la película, Davis y Houston comienzan poniendo en marcha una relación estrictamente empresarial- el ejecutivo y la artista. Pero, según Tucci, al final de la película, la conexión personal ha crecido. “Whitney fue la persona más cercana para Clive dentro de la industria”, dice Tucci. “Solía ser amistoso con mucha gente, pero con Whitney gozó de una conexión distinta. Se adoraban- ella lo veía como un tío. Él se preocupa verdaderamente por ella e hizo lo que pudo a fin de brindarle ayuda”.
Tucci tuvo que modificar su voz con el fin de interpretar adecuadamente a Davis. “Su acento es neoyorquino, pero, irónicamente, su habla es plana- a pesar de todo el trabajo que realizó con músicos, no hay musicalidad alguna en su voz”, dice Tucci. “Cuando encarnas a un ser humano real, especialmente uno que sigue con vida, debes ser capaz de capturar la esencia sin perder lo que tú eres. No quise realizar una mera imitación de Clive”.
Tamara Tunie encarna a Cissy Houston, la madre de Whitney. Casualmente, cuando puso en marcha su propia carrera, una Tunie muy joven solía visitar el Sweetwater a fin de disfrutar los eventos, incluyendo el espectáculo de Cissy Houston. “Cissy cimbraba la casa con su canto”, dice la actriz. “Me dejó impresionada. Ahora imagíname mientras me preparo para este papel, mientras tengo que sumergirme en la psicología de una persona así. Leí sus dos libros y me alegró mucho que se atreviera a decir la verdad. Para la interpretación de este personaje, no existía otra verdad que me interesara”.
Tunie señala que, en la cinta, los personajes de Cissy y Whitney no siempre se muestran de acuerdo acerca de un punto u otro, lo que no cancela el amor subyacente. “Ella amaba con ferocidad”, dice Tunie. “Y el amor no siempre es acogedor. El amor puede ser espinoso. Pero ella amaba como una leonesa y esto fue lo que intenté extraer de su ser”.
Asimismo, Tunie decidió desarrollar con su personaje el tema central de la cinta, la búsqueda de un hogar. “El hogar suponía un anclaje importantísimo para la familia Houston, y para Cissy en particular”, dice. “Su separación de John fue devastadora. Siempre hubo amor y apoyo para los hijos, pero la separación destruyó una parte de este mundo, en el caso de Whitney. Ella anhelaba gozar de una familia perfecta”.
Para el padre de Houston, John Houston, los realizadores eligieron al veterano Clarke Peters. “Se trata, antes que nada, de un empresario”, explica Peters. “Padece el síndrome de Pigmalión- quiere tomar a alguien, sobre todo una mujer, sacarla de la oscuridad y convertirla en diosa. Me parece que lo intentó con Cissy, pero ella anhelaba formar una familia. Ese deseo de convertirla en diosa nunca se apagó”.
Por esta razón, dice Peters, el padre se enfoca en la carrera de su hija- incluso cuando detecta que el corazón de su hija ha enfilado por un rumbo que él no comprende. “Es miope y terco en lo que respecta a sus intenciones”, dice. “Utiliza todos los contactos que tiene a mano. Echa mano de toda la experiencia que ha acumulado en las negociaciones. Cuando ella desea contratar a Robyn- su amiga- él se preocupa. Piensa que Robyn no tiene aptitudes y que Whitney sólo desea tener cerca a su amiga, algo que él no está dispuesto a permitir. Él se cree director de una empresa- la empresa de Whitney Houston- y esto no hace sino envenenar su relación”.