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LUÍS GALARZA: ‘EL PATRIARCA’

Aproximadamente a las cuatro de la tarde del 26 de septiembre de 1969, Bolivia vivió uno de los episodios más trágicos de la aviación nacional, cuando la plantilla casi completa del Club The Strongest con 16 jugadores, el cuerpo técnico y parte de la directiva perecieron en un accidente en las cercanías del centro minero Viloco, al estrellarse la aeronave que trasladaba a la delegación desde Santa Cruz hasta La Paz, después de jugar un cuadrangular amistoso.
El por entonces presidente de The Strongest, Rafael Mendoza, al igual que toda la población y en especial los hinchas del club, después de seguir con espanto y dolor aquella tragedia que enlutó al fútbol nacional, no se podían recuperar de tal impacto que quedó perene en el corazón de los bolivianos.
Pero la vida continuó, a pesar de las lágrimas en memoria de aquellos “tigres guerreros” que quedaron con la etiqueta de campeones hasta nuestros días y por la eternidad. Y como consecuencia, el fútbol también debía continuar y fueron varias las entidades nacionales e internacionales que se solidarizaron con la “atigrada” y como el ave mágica Fénix, The Strongest revivió en medio de las cenizas.
Cuentan los que vivieron entonces, que algunos clubs locales y extranjeros cedieron jugadores para que el “Tigre” armara un nuevo equipo que recibió el nombre de “Strongest Símbolo” comenzando así a jugar una serie de partidos amistosos con el fin de recaudar fondos. El más importante fue el Club Boca Juniors que cedió a dos jóvenes promesas de su cantera, Fernando Bastida, el “Zorro” y Víctor Hugo Romero, “Romerito”.
Teófilo Salinas, presidente de la Conmebol donó 20.000 dólares americanos. Mientras que en Brasil el Club Flamengo y el Club Fluminense disputaron el Clásico Carioca para ayudar al equipo boliviano.
Pero al cuadro le hacía falta un arquero de primera y por entonces, Bolívar apenas estrenaba a un portero paraguayo, llamado Arturo Galarza (QEPD); quien, por esos azares de la vida, había tenido un hermano menor que se perfilaba como promesa en el arco: Luis Esteban.
Marcaban las 6 de la tarde del 6 de noviembre de 1969 y las campanadas de la Catedral Metropolitana parecían darle la bienvenida a un jovencito alto, atlético, de caminar altivo y elegante, que cruzaba la principal plaza de La Paz, para dirigirse a la sede de The Strongest que estaba unas cuadras más adelante.
Hoy, después de medio siglo y cuatro años de aquel acontecimiento, ese paraguayo es considerado el mejor arquero que tuvo Bolivia, patria a la que ama tanto, que se naturalizó 1973 y que por su liderazgo innato, talento y otras maravillas con que lo adornó Dios, se convirtió en el “Patriarca” de nuestro fútbol. Él es Luis Esteban Galarza, quien en exclusiva para RETRO FÚTBOL, nos da el privilegio de escribir su historia.
“Para mí, don Rafo (Mendoza), fue como un padre; porque no solo compró mi pase, si no que me dio la felicidad de jugar para mi club The Strongest. Me regaló una vida hermosa, vivida en Bolivia”, comienza su relato. Cebando un mate y alzando su mirada profunda exclama: “soy un boliviano más”.
“Lucho” Galarza, como lo llaman con cariño y agradecimiento quienes lo rodean, acaba de cumplir 72 años de edad y está bien enraizado en nuestra patria.
“Tuve 29 años de fútbol activo en Bolivia. Pero recuerdo que esta afición por ser arquero comenzó a despertar en mi alma a los 8 años, cuando en Asunción (Paraguay), le sacaba tiempo a mis recreos del colegio y cuando debía ayudarle a mi mamá a trabajar, para ir a jugar descalzo y sin camisa por las calles. Todos en mi familia fuimos arqueros y así crecimos”, recuerda.
Lucho llegó a Bolivia cuando apenas tenía 19 años, después de tres meses del arribo de su hermano Arturo.
“Mi hermano me mandó a llamar y tengo como grato recuerdo la bienvenida que me dieron el “Chupa” Riveros y don Antonio Asbún, que era dirigente del club.”, afirma.
Fueron 18 años que defendió el pórtico “aurinegro” y una trayectoria impecable que completó 11 años más: The Strongest (1969 – 1987), Always Ready (1987 – 1988)- Bolívar (1989 – 1990), San José (1991), Wilstermann (1992 – 1993) Independiente Petrolero (1994), Blooming (1995 – 1996). Decidió naturalizarse boliviano y formó parte de dos seleccionados con 14 partidos dignamente disputados, defendiendo la “verde”.
“Una mañana de 1996 decidí retirarme del fútbol, estaba en Blooming, y entonces dije ‘hasta aquí llegué’ y ya no fui a entrenar”, dice quien, por esas injusticias involuntarias de todo el país, pero irreparables, no tuvo la despedida que se merecía.
Sin embargo, fue entrenador por algunos años más en seis equipos profesionales, donde también brilló dirigiendo y dejando sus enseñanzas a cientos de jóvenes futbolistas.
“Cuando jugaba, a mí me gustaba interactuar. Hablar con todos en la cancha. Hablaba con mis compañeros, con el árbitro, con los rivales, con la tribuna, con todos hablaba. Por eso, algunas veces me expulsaron… (ríe)”. Galarza es admirado por haber sido un arquero temperamental, fuerte y decidido; como debiéramos ser todos los seres humanos.
“En The Strongest había muchos líderes, pero todos me respetaban y seguían mis sugerencias. El respeto que me tuvieron y que me tienen hasta ahora, es uno de los premios más grandes que me dio la vida. Así quiero que me recuerden”, afirma, sin dudarlo.
“¡Si yo les contara!”…. luego exclama, “tengo mil anécdotas…. (sonríe)”, a tiempo de cebar otro mate. Pero tal vez, la anécdota más ilustre que tuvo Lucho ocurrió en el viejo estadio de Suripata (Sucre), cuando en 1986, The Strongest jugaba contra Stormers y ganaban 3-1. Ya se había cumplido el tiempo reglamentario y el partido debía terminar. El árbitro pitó un tiro libre y Galarza pensó que acabó el encuentro y se fue al camarín, pero cuando ya se cambiaba de indumentaria, el utilero Clemente Ponce, fue tras de él y le dijo que el juego seguía. El resultado fue 3- 2 por esas cosas del fútbol y de la confianza sana que Galarza se tenía a sí mismo.
“Tapé muchas llegadas, era mi trabajo. Pero también fallé algunas veces y de esos momentos surgen las mayores anécdotas, que en su momento me molestaban, pero ahora me hacen gracia”, remarca.
Galarza era el temor de los delanteros de Bolívar. … pero ¿a qué atacante le temía?: “A ninguno”, responde, sin dubitar… “Pero quien me movía el gramado era ‘Tucho’ Antelo. Ese ‘flaco’ era terrible”, sentencia.
Lucho tiene un hablar pausado e inteligente. Parece que elige las mejores palabras para relatar su vida. Es cerebral en sus consejos, lo que lo hace un gran amigo. De fuerte temperamento en la cancha y de gran gentileza al tratar con la gente.
“Ojalá que todo salga bien para el fútbol boliviano que se practica ahora. Vi que la Selección Sub-20 es una gran promesa. Pablo (Escobar) llevó- al sudamericano de Colombia- a un equipo que le jugó de igual a igual a grandes y una vez más, por esas cosas del fútbol no pudimos clasificar”, afirma.
Galarza ahora vive entre La Paz y Santa Cruz (donde radica su hijo Sergio, quien también siguiendo los pasos de su padre, marcó una carrera impecable como arquero profesional en varios clubes de nuestro país y de la Selección. Marcelo, otro de sus herederos, también fue un gran arquero).
“Hasta ahora formo parte de la Mutual de Exjugadores de Santa Cruz. Me siento feliz porque estoy sano y fuerte. Juego con los chicos (sus siete nietos) espero que alguno de ellos también surja como arquero profesional”, desea. Y de seguro, este sueño será una realidad, porque la “Dinastía Galarza” tiene raíces muy profundas que siguen dando frutos, para el bien de nuestro país.
Para Lucho Galarza, la llave del éxito es la disciplina. “Yo empecé a jugar desde muy joven y lo hice toda mi vida. Siempre me cuidé y fui disciplinado, por eso triunfé. Entonces, aconsejo a los ‘changos’ (chicos) que quieran ser futbolistas que no se olviden de tener la disciplina como premisa en sus vidas”, inspira.
Con el brazo en alto, la mirada dulce y el andar altivo que lo trajo a nuestro país el siglo pasado, Galarza da por concluida la entrevista.
Su trayectoria lo convirtió en “El Patriarca” del fútbol boliviano, un título que nadie se lo podrá quitar y que con merecimiento lo detenta como premio por lo mucho que hizo por The Strongest y por Bolivia.
Y el eco imaginario de todas las tribunas del país retribuyen su legado con un “¡GRACIAS, LUCHO, POR TANTO!”

*Este reportaje fue realizado de la recopilación de una entrevista exclusiva con Luis Esteban Galarza para EL DIARIO (2023) y complementada con datos de entrevistas televisivas del año 2020.

«Don Rafo Mendoza , fue como un padre para mí”

FICHA
Nombre: Lugar de nacimiento: Asunción (Paraguay)- Naturalizado boliviano (1973)
Fecha de Nacimiento: 26 de diciembre de 1950
Lugar de radicatoria actual: La Paz y Santa Cruz de la Sierra – Bolivia
Trayectoria: 29 años de fútbol activo
Equipos: The Strongest, Always Ready, Bolívar, San José, Wilstermann y Blooming (como jugador). The Strongest, Real Potosí, Bolívar, Destroyers, Blooming y Wilstermann (como entrenador)

GHILKA SANABRIA

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