sábado, abril 20, 2024
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El etéreo Estado Plurinacional

Cuando en el año 1825 se fundó Bolivia, la flamante nación no tenía Estado. El añejo aparato estatal español, había sido aniquilado, con su sistema administrativo, el viejo ejército y todas sus instituciones. Todo eso quedó arrasado por las revoluciones libertarias de 1809 y la guerra de los quince años, que expulsaron el poder extranjero.
Enseguida, recién la nueva nación, por medio de la Asamblea deliberante, creó el Estado nacional-democrático boliviano. Sin embargo, este Estado era todavía una abstracción, sin sede, sin empleados, sin Poder Legislativo, sin leyes y solo con un ejército formado por extranjeros. A la vez, no tenía dinero en sus cajas, no disponía de recursos para pagar sueldos a los más o menos cien funcionarios públicos, tenía deudas impagables, no podía cobrar impuestos, etc. La nación nació en quiebra. Es más, diversas medidas económicas no dieron resultado y bajaron las recaudaciones. Empezó un malestar general.
En cuanto al origen del Estado existen tres teorías: la primera dice que el Estado tiene origen en la realidad social y todo proviene de ella, idea que tiene en Bolivia muy pocos seguidores. La segunda teoría sostiene que la realidad proviene de las ideas del individuo, que todo sale de su cabeza. La tercera sostiene que hay un ser supremo que crea la materia. Pero en Bolivia existe una cuarta teoría que sostiene que solo existe el Estado Plurinacional, que no se origina en la realidad, ni acepta realidad y vive flotando en el espacio vacío. Esta última idea es la más difundida y común en el país y se asegura que existe por sí sola y no origina realidad. Tal opinión ha “revolucionado” la filosofía mundial y ha dado al traste con cinco mil años de historia de la filosofía, desde Platón hasta el mismo Marx.
El asunto del Estado, también ha originado en la práctica algunos problemas entre los políticos que dijeron que estaban en los “tiempos de cambio”, y aseguraron que al llegar al poder procederían en ese sentido. Pero, llegada la realidad, heredaron complacidos el viejo Estado y lo pusieron al servicio de sus intereses, es decir, lo que hicieron fue “cambiar sin nada cambiar” y así el viejo Estado con nuevo contenido, como vino nuevo en odres viejos, terminó devorando a sus hijos. En cambio, otros políticos, lo que hicieron fue extirpar totalmente el viejo Estado y pasar a construir uno nuevo que responda a la nueva realidad, lo que les permitió sobrevivir. Este es el caso más corriente en Bolivia, confirmado por una aseveración del jefe de la toldería gobernante, que afirmó que después de casi veinte años de estar en el poder, el etéreo Estado Plurinacional “todavía no está consolidado” y que habría que esperar unos años para llegar a esa utopía metafísica.
En fin, las especulaciones sobre el Estado aún estarán presentes en la vida política boliviana, por mucho tiempo, debido a que el problema no es tan fácil de explicar y menos poner en práctica ciertas ideas.

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