Por: Equipo Editor
Recordemos que…
El Renacimiento es un periodo de tiempo que antecede al barroco (XVI) en el que los valores eran cultos y de vuelta a la antigüedad clásica, en la que se tenía una concepción del hombre como centro del universo e ideal de la belleza.
El Barroco
El barroco es un periodo histórico y un movimiento cultural que surgió a principios del siglo XVII (1600) y se extendió hasta mediados del siglo XVIII (1750). Este movimiento tuvo una influencia sobre la pintura, la literatura y el teatro (artes de esa época). Se manifestó en Europa occidental; sin embargo, su influencia llegó a varias colonias de Hispanoamérica.
La situación que se vivía en el siglo XVII, en gran parte de Europa y España en especial, era crítica. A continuación veremos cuáles fueron las causas de dicha crisis y cómo afectó esto en la concepción de vida que tenían las personas de aquella época.
Situación política y económica en España
En este periodo el Imperio español estaba dirigido por los llamados Austrias menores -Felipe III, Felipe IV y Carlos II- quienes dejaron la nación al cuidado de los ministros de confianza. Estos se encargaron de que el reino de España se sumerja en disputas bélicas y en una situación económica lamentable causada por la corrupción desvergonzada.
Situación social
A raíz de la mala situación económica muchas personas que vivían en el campo emigraron masivamente hacia las ciudades, lo que aumentó el número de gente sin oficio (vagabundos, parados y pillos). Todos ellos se convirtieron en personas sin ideales y escépticos a causa de la crisis. Al mismo tiempo, la religión seguía siendo una institución poderosa que solo servía como bocera de la nobleza la cual derrochaba lujo, pero invertía poco o nada en el pueblo.
Ideología
La situación política, económica y social dan origen a un desengaño generalizado en la población y a una concepción pesimista de la vida. El hombre desconfía de todo y su existencia se convierte en una lucha feroz, esto significa “vivir al acecho”. El mundo se presenta como algo confuso y el artista barroco lo representa como un “laberinto.
Literatura barroca
En el periodo Barroco los valores estéticos cambiaron radicalmente, pues la crisis fue un factor que determinó la naturaleza de las artes. Los temas que se repiten en la literatura son la obsesión por la muerte, incertidumbre, soledad, ruina y el desengaño.
La literatura renueva técnicas, mediante el uso de recursos estilísticos en la escritura que tienden a ser más complejas y adornar el lenguaje. Los textos son más formales, y dos importantes corrientes literarias surgieron: el culteranismo y el conceptismo.
Los principales representantes de la literatura barroca en España son Luis de Góngora; Francisco de Quevedo; Calderón de la Barca; Lope de Vega, etc. En Hispanoamérica Sor Juana Inés de la Cruz, poeta mexicana representa al barroco mestizo.
El Culteranismo
Es una corriente literaria que surgió en el Barroco, se caracteriza por el uso de formas poéticas complejas basadas en metáforas de difícil comprensión y el uso de un vocabulario lujoso y decorado. En la poesía culturalista se emplean figuras, como el circunloquio (figura literaria que describe por medio de rodeo de palabras algo que hubiera podido decirse con pocas o con una sola), retruécano, metáforas, alusiones mitológicas, hipérboles y alegorías. El principal representante de este movimiento es Luis de Góngora.
El Conceptismo
Es otra corriente literaria que surgió en el Barroco, y expresa los conceptos de forma ingeniosa, breve pero confusa. Sus principales características son el uso del doble sentido; las asociaciones ingeniosas de ideas o palabras; la sutileza del lenguaje; el uso de figuras literarias y de la ironía. Estos son los rasgos característicos de los autores que se destacaron en esta corriente. El principal representante de este movimiento es Francisco de Quevedo.
Sor Juana Inés de la Cruz fue una religiosa de la orden de San Gerónimo y escritora mexicana, su obra pertenece al “Barroco tardío hispano”. Desde muy joven se dedicó al estudio de las letras, y fue esa dedicación la que hizo que ingresara al convento. Algunos autores de la época afirman que cada vez que estudiaba una lección, cortaba un pedazo de su cabello si no lograba asimilarla de manera correcta, “pues no le parecía bien tener la cabeza cubierta de hermosura si carecía de ideas”.