Santa Cruz recibe 2023 en medio de represión policial

Ante el clima de convulsión por el que atraviesa parte del territorio nacional, Bolivia inicia el 2023 con una profunda crisis social con epicentro en el departamento de Santa Cruz, donde la población demanda la liberación inmediata de su máxima autoridad, pero es reprimida con violencia; mientras desde el ámbito político se hacen llamados a cumplir nuevos desafíos en el año que inicia con la finalidad de defender la democracia y frenar una dictadura.
Esta semana, el foco de atención estuvo centrado en los actos violentos alrededor de la aprehensión y posterior detención del gobernador cruceño Fernando Camacho, quien el miércoles fue intervenido por efectivos policiales en inmediaciones de su domicilio en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Posteriormente fue trasladado vía aérea hasta la Sede de Gobierno, dando cumplimiento a una orden de aprehensión en el marco del caso denominado “Golpe I”, sin tomar en cuenta su estado de salud ni su seguridad física.
Tras su imputación formal, una audiencia de medidas cautelares dispuso su detención preventiva en el penal de Chonchocoro, ubicado en el altiplano paceño. Desde el momento de su aprehensión, líderes políticos y representantes cívicos de Santa Cruz y otras regiones del país repudiaron el accionar de la justicia, denunciando persecución e iniciando medidas de presión que se mantienen hasta la fecha sobre todo en la capital oriental.
En las últimas horas, esta ciudad fue testigo de violentas represiones a la ciudadanía que se volcó a las calles.
Al respecto, el líder de la principal fuerza de oposición y expresidente, Carlos Mesa Gisbert, lamentó que por este tipo de acciones, el país mantenga un cuarto puesto en la región con relación a la cantidad de presos políticos (188 en total), estando solo detrás de Cuba, Venezuela y Nicaragua, realidad que acerca peligrosamente a Bolivia a este tipo de regímenes autoritarios.
Ante ello, sostuvo que el desafío de la sociedad boliviana para el 2023, debe ser el “reconquistar la democracia que se está perdiendo, recuperando la independencia del Órgano Judicial y del Ministerio Público”, como un imperativo democrático y pacífico.
Sobre el papel de la oposición para este año, Mesa apuntó a que se debe buscar una unidad que plantee alternativas “reales y viables” en las que no se descarte el sacrificio personal en favor de un bien mayor.
“De eso se trata lo que viene el 2023, del desafío de todos nosotros para una Bolivia democrática en un momento en que la dictadura aparece como una gigantesca sombra sobre el pabellón nacional”, expresó en un mensaje por fin de año.
Por otro lado, la asambleísta departamental Paola Aguirre, fue agredida por la Policía al concluir la marcha pacífica que se realizó ayer, exigiendo la liberación del gobernador cruceño Luis Fernando Camacho.
Al llegar a las puertas del Comando junto a otras autoridades del departamento, los uniformados atacaron a la movilización ciudadana disparando agentes químicos contra los marchistas.