viernes, abril 19, 2024
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El censo, mucho ruido, pocas nueces

No podía ser otro el fruto de este tiempo de las cosas pequeñas que atraviesa el país, que va de tumbo en tumbo y de crisis en crisis. En efecto, acaba de pasar un estado de alta tensión de más de dos meses, por el que se estuvo a punto de llegar a las manos, produjo grandes pérdidas, intranquilizó a la ciudadanía con todo tipo de amenaza, pero, finalmente, concluyó con resultados de mínima cuantía, que hace recordar la sentencia “Al árbol se lo conoce por sus frutos”.

El ardor empezó por la convocatoria oficial contra la realización del censo, que no tuvo fría bienvenida de parte de la oposición y la duda surgió en la población, aspecto al que siguió el candente punto del padrón electoral, que se convirtió en el meollo de la cuestión. Entonces, estalló la crisis que llegó al rojo vivo cuando Santa Cruz declaró que, si no eran atendidas sus demandas, entraría en huelga general.

Entonces el conflicto se convirtió en antagonismo y, perdiendo los estribos, el gobierno declaró el cerco a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y la suspensión de la exportación de algunos productos estratégicos. Esa amenaza de casus belli (motivo de guerra), puso a la población y autoridades cruceñas en estado de apronte, llegándose inclusive a acciones de violencia de ambas partes, lo que alarmó a todo el país.

Diversos planteamientos, largos debates, argumentaciones de ida y venida agitaron el ambiente e inclusive algunas negociaciones fracasaron. Entonces, el mare magnum empezó a sedimentar las causas de la crisis, hasta que, finalmente, se vislumbró el final del aquelarre. En efecto, los puntos del padrón electoral y la fecha de realización del censo, fueron aceptados por Santa Cruz, así como por el gobierno, excepto asuntos de la distribución de asientos en el Parlamento y el referido a los recursos fiscales, sobre los cuales el gobierno hizo oposición, mientras Santa Cruz los respaldó.

Sin embargo, el caso no quedó zanjado con esas aprobaciones y la discusión se trasladó a un nuevo campo de batalla; el Parlamento, donde el asunto entró a debate final, pudiendo vislumbrarse el final de la crisis política, como con el parto de los montes, cuando nace algo insignificante y no lo que se esperaba.

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