Calificando los criterios vertidos por el presidente del Estado, Luis Arce Catacora, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas como un acto de demagogia, el diplomático y docente universitario, Julio Alvarado, sostuvo que los 14 puntos planteados por el Primer Mandatario contradicen totalmente las políticas que viene aplicando el Movimiento al Socialismo (MAS) en el país desde el año 2006.
El analista dio a conocer ayer un documento al que tuvo acceso EL DIARIO en el que analiza varios aspectos relacionados con la realidad del país y los compara con el discurso pronunciado por el Jefe de Estado en Naciones Unidas.
Según Alvarado, el pedido de declarar al mundo como una zona de paz, es completamente contradictorio a no haber condenado la invasión rusa a Ucrania, como lo hicieron los presidentes de Argentina, Chile y Perú. “Tampoco condena las agresivas maniobras militares chinas contra Taiwán y pide la paz”, sostuvo.
Sobre el planteamiento de sustituir la fabricación de armas de destrucción masiva por una justa compensación a los pobres del mundo, sostiene que “este no puede provenir de un Gobierno que no ha logrado eliminar la pobreza en el norte de Potosí, de Chuquisaca, en el cono suburbano de las ciudades capitales departamentales”.
“El condenar la mercantilización de la salud, no es acorde a la crisis por la que atraviesa el sistema de salud boliviano, realidad que fue desnudada por la pandemia y el fracaso de las políticas públicas en salud”, asevera.
“Luis Arce Catacora no destina los recursos necesarios para la salud en Bolivia, a la vez que reprime al sector salud y pagó de millones de dólares a supuestos médicos cubanos”, indicó el especialista.
Un Programa Global de Soberanía Alimentaria no es acorde con el fomento a la importación de alimentos y el descontrol del contrabando. “Cada día hay más alimentos importados en las mesas de las familias bolivianas”, expresó.
La reconstrucción de capacidades productivas y económicas en países de la periferia es un ataque al capitalismo que, al mismo tiempo, no condena la concentración de capital en cooperativas mineras, ni en los cocaleros del Chapare. “Se despilfarra los recursos estatales en elefantes blancos, en empresas estatales ineficientes y la corrupción”, sostiene Alvarado.
Señalar que la crisis climática requiere de responsabilidad, solidaridad, armonía entre los seres humanos y la naturaleza, es opuesta a la política del MAS que destruye el bosque de la Chiquitania mediante los incendios para entregar esas tierras a los interculturales y ampliar la frontera agrícola.
La industrialización del litio para beneficio de los pueblos y como pilar fundamental para la transición energética, es contradictoria al despilfarro de alrededor de 900 millones de dólares en la industrialización, sin ningún resultado concreto hasta la fecha.
Sobre la propuesta de nacionalización y regionalización de la lucha contra el narcotráfico, se debe puntualizar, sostiene Alvarado, que Bolivia se convirtió en un importante país productor de cocaína y de tránsito. Todos los días se decomisan kilos de cocaína boliviana en los países vecinos. En el país se amplió la superficie de cultivo de coca de 12.000 a 22.000 hectáreas, sin ninguna justificación razonable. “El gobierno de Luis Arce Catacora ha permitido la apertura de un tercer mercado ilegal hace pocas semanas”, afirma.
El pedir un fortalecimiento a los mecanismos internacionales para un trato preferencial a países sin litoral es innecesario tomando en cuenta que el gobierno del MAS hizo perder a Bolivia cualquier posibilidad de retorno a las costas del Pacífico a través de una salida soberana, tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Se pide ampliar la visión restringida de Derechos Humanos y democracia en un país donde se violan derechos todos los días mediante el sometimiento del sistema de justicia y cuando se apoya a regímenes totalitarios como Cuba, Venezuela, Irán, la Federación Rusa, China y Nicaragua.
Es cuestionable declarar el decenio de la despatriarcalización y luchar contra la violencia hacia mujeres y niñas, cuando el jefe del MAS ha sido acusado de entablar relaciones sentimentales con menores de edad sin que alguna autoridad investigue esas denuncias.
Es contradictorio rechazar la aplicación de sanciones unilaterales para aliados ideológicos mientras no se exige a estos la vigencia de libertades democráticas inscritas en el Derecho Internacional Público.
“La Carta de las Naciones Unidas se viola constantemente en Bolivia, por lo que pedir garantizar su plena vigencia principio del multilateralismo está de más”, finaliza Alvarado.