jueves, marzo 28, 2024
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El orden es algo necesario para el progreso del país

Históricamente, Bolivia es un país con una fuerte tendencia a la ingobernabilidad y al caos. Las marchas, protestas y manifestaciones son habituales en nuestro país y son un perjuicio para la sociedad en general. Es cierto que muchas protestas son justificadas, pero la mayoría no. Este gran número de manifestaciones causa gran malestar y caos en el país; se puede incluso decir que no existe “un solo día de paz” en nuestra nación (sobre todo en la sede de gobierno). Es cierto que las protestas son un arma del pueblo contra el Estado, sin embargo, cuando son tan frecuentes e injustificadas solo generan inestabilidad para el país. Siempre he considerado que para obtener un progreso garantizado y a largo plazo, es necesario contar con “orden” en Bolivia.
Cuando se cuenta con orden, es posible aplicar políticas a largo plazo que realmente generen un cambio positivo. La falta de orden y de autoridad en el país ha causado el fracaso de casi todos los gobiernos que han existido. Éstos no han tenido la capacidad de gobernabilidad, ni la “paz” suficiente para llevar a cabo un cambio real. Por ende, la mayoría (si es que no todos los gobiernos del país) de estos gobiernos han sido un fracaso rotundo. Los únicos gobiernos que han contado con su respectiva gobernabilidad y orden han sido los autoritarios y populistas. Los gobiernos populistas nunca le han generado un verdadero bien a nuestro país y, por su parte, todos aquellos gobiernos autoritarios no han podido lograr más que ciertos cambios superficiales (las medidas de Hugo Banzer no pudieron ni llegar a los talones de las políticas realizadas por Augusto Pinochet).
La falta de una visión firme y de políticas a largo plazo sigue causando que nuestro país no tenga rumbo y que su desarrollo sea lento y poco alentador. Así, el orden es necesario, tanto para la aplicación de políticas públicas beneficiosas a largo plazo, como para dar tranquilidad al pueblo. Nuestro país, además de ser uno muy caótico, sufre de gran inseguridad. El boliviano de a pie no cuenta con la seguridad y protección necesarias para llevar cabo sus actividades diarias. Los asaltos, asesinatos y violencia urbana han ido en alza en todos los departamentos del país. Esto muestra las falencias y el poco interés del Estado para proteger a sus ciudadanos. Es evidente que se debe buscar una solución para bajar la tasa de criminalidad y, sobre todo, garantizarle protección a la ciudadanía.
Desde mi punto de vista, este objetivo es alcanzable a través del establecimiento del orden público. Con mayor orden y respeto a la autoridad la tasa de criminalidad se reducirá. Esta clase de medida tendría éxito, ya que se ha probado en múltiples ocasiones en diversos países. Por ejemplo, ayudaría a tener control y disciplina en el todo lo concerniente al sector del transporte. Este sector se caracteriza por la ineficiencia y el caos en Bolivia, lo que genera perjuicios para el Estado y la población. Con orden y una visión clara, este sector podría ser disciplinado y eficiente, lo cual generaría beneficios para la sociedad. Una correcta organización del sector del transporte significaría para Bolivia un progreso muy importante para su desarrollo. Pero el orden también podría ayudar en otros sectores, como en el sector del comercio (formalidad) o en la misma justicia (en la que realmente su aplicación sea eficaz) y muchos otros.
Para sintetizar, con el establecimiento del orden en nuestro país, por fin podríamos tener una gobernabilidad y pasar a una etapa de paz, sin anarquía ni caos. Tengo la ilusión de que algún día llegue un gobierno y un partido que puedan organizar y poner orden en el país, de esta forma tendríamos políticas beneficiosas a largo plazo que realmente cambiarían nuestro destino. El Orden es sinónimo de organización y progreso. Eso es lo que Bolivia necesita desesperadamente para garantizar un progreso real.

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