Por: Aroa Ruiz, máster en Coaching e Inteligencia Emocional
La práctica de la atención plena, el poder ser capaces de centrar nuestra atención y dirigir nuestra mente y lo que pensamos, sin caer en juicios ni en prejuicios, es una herramienta para mejorar la percepción que cada quien tiene sobre uno mismo, esto es, sobre nuestra autoestima.
Que, lo que vemos en el espejo y lo que reflejamos a los demás, nos guste de verdad, nos satisfaga, lo aceptemos tal cual es, nos haga sentir orgullosos y de esta manera nos sintamos personas seguras, confiadas y fuertes, es otro de los objetivos que sí se puede conseguir con la puesta en marcha del Mindfulness.
El mindfulness y sus ejercicios de meditaciones pueden ser una de las vías para cuidar esa imagen propia, consiguiendo así identificar y potenciar nuestros puntos fuertes, nuestras cualidades, nuestras fortalezas y aprender a mantenerlas en equilibrio y potenciarlas también cuando sea necesario.
Es que los beneficios de cuidar nuestra autoestima son inmensos, muchos y fundamentales, por eso siempre comento en las orientaciones de terapia que trabajar la autoestima debería ser una asignatura obligatoria en el colegio, desde edades muy tempranas.
Una autoestima cuidada de manera habitual hará que te sientas mejor, repercutirá en esa sensación de plenitud, de satisfacción, de tranquilidad y calma emocional influyendo esto de manera directa en tus relaciones sociales, familiares, laborales…
Una autoestima cuidada de manera habitual hará que te sientas mejor, repercutirá en esa sensación de plenitud, de satisfacción, de tranquilidad y calma emocional influyendo esto de manera directa en tus relaciones sociales, familiares, laborales…
Por lo tanto, vamos a ver ahora cómo gracias a una meditación esto se puede abordar desde el interior. Con meditaciones de este tipo la autoconfianza, el autoconcepto, la aceptación y la autocompasión mejorarán de manera casi inmediata.
– Empieza relajando el cuerpo y centrándote en tu respiración.
– Cuando lo tengas conseguido entonces has de guiar tus pensamientos.
– Emplea y utiliza afirmaciones positivas para reemplazar a todo aquel pensamiento negativo, desagradable y dudoso que irrumpa sobre ti mismo o misma.
– Puedes repetirte de manera mental y utilizando tu diálogo interno frases del tipo: “yo sí puedo”, “por supuesto que soy digna”, “yo sí me lo merezco”, “yo me respeto”, “estoy orgullosa de mí misma”, “yo mismo soy el éxito”, “yo sí me quiero”, “me gusto tal y como soy”, etc.
Pero como ocurre con la mayoría de ejercicios, no vale con que lo practiques en ciertas ocasiones puntuales, no, has de ser constante, has de generar un hábito, crear rutina, practicarlo de manera diaria, semanal… y mantenerlo en el tiempo. De esta forma, gracias a la constancia y la perseverancia cada vez lo harás mejor, te costará menos y notarás sus beneficios.