Devenido en uno de los mayores representantes de la literatura nacional, el invitado de lujo hoy en Cvltvral es un joven autor paceño que se ha convertido en uno de los escritores bolivianos que más distinciones ha cosechado a lo largo de su carrera a nivel nacional e internacional. Novelista y un gran hacedor de cuentos, tiene en su haber seis libros que son muy elogiados dentro y fuera del país y al momento está promocionando su más reciente publicación de nombre “Ayer y el Fuego”, título que está disponible en la vigente Feria del Libro. En esta exclusiva conocemos más de este impetuoso escritor amante de las historias bien contadas… sean todos bienvenidos al show.
El hecho de que seas uno de los más destacados escritores del momento ¿Tuvo una nota de azar o fue una búsqueda incansable por ahondar en el mundo de las letras?
A veces siento que el azar no es todo, lo amable que pudiera ser conmigo y a veces siento que sucede todo lo contrario. Lo que sé es que sin un arduo trabajo (y persistencia y paciencia) el azar – lo que sea que signifique esta palabra, interpretémosla como buena suerte esta vez – no llega. Como en cualquier oficio, si uno quiere mejorar, debe trabajar mucho. Y, si uno no mejora, no consigue nada.
¿Cuál fue el primer libro que tuviste entre las manos?
Seguramente fue la Biblia. Es un gran libro de historias magníficas al que le debo mi ateísmo. La primera novela y el primer libro de cuentos que tuve en mis manos, gracias a una edición que contenía ambos, fueron los de Juan Rulfo, uno de mis escritores favoritos que me gusta releer de cuando en cuando: “Pedro Páramo” y “El Llano en Llamas”.
¿Cuántos libros has publicado a lo largo de tu carrera?
Seis. Tres de cuento “Eva y los Espejos”, “La Memoria Invertebrada” y “Ayer el Fuego”. Y tres novelas: “Lluvia de Piedra”, “El Sonido de la Muralla” y “Reconstrucción”.
Tu trabajo ha deambulado por muchos caminos literarios ¿Cuál es el género en el que más disfrutas escribir?
Amo los géneros de la novela y el cuento por igual. Uno te acompaña más tiempo, te obliga a volverte obsesivo durante ese tiempo y posee posibilidades que se van descubriendo a medida que madura. El otro, más breve, es también precioso, en su aparente sencillez guarda grandes secretos. Son espacios de libertad.
¿Tienes alguna temática específica reincidente en la narrativa de tus obras?
El territorio, quizás. Gran parte de mi narrativa discurre por escenarios verdaderos ubicados en los márgenes de La Paz. También me interesan los conflictos humanos, cómo las circunstancias o las decisiones ponen a las personas en situaciones límite.
¿A qué le atribuyes el enorme reconocimiento local y foráneo a tu trabajo como escritor?
Esa tal vez es una pregunta más apropiada para quienes dan ese reconocimiento. O para quienes no quieren darlo todavía. Es siempre interesante escuchar a todos. Pienso que se están rompiendo algunas barreras que antes nublaban la cabeza en un país tan enfermo como el nuestro: ahora, muchas más personas le dan valor al esfuerzo de un artista sin que importe tanto su color de piel o sus orígenes y siento que eso es un progreso también.
¿Cómo dejas que transcurra el proceso creativo al momento de escribir? ¿Sigues alguna pseudo rutina cuando trabajas en algún proyecto?
Como aspirante a futbolista que fui, aprendí a seguir ciertas rutinas con disciplina. No puedo estar sin leer, es como entrar en calentamiento o estudiar viejos partidos para aprender de ellos. Y suelo trabajar tres horas al día. Pero, al mismo tiempo, intento que en la palabra “trabajo” no entre solamente el hecho de la escritura, o sea, el encuentro de la tinta con el papel, sino también tantas cosas que rodean a eso y que, sin ellas, no sería posible escribir nada.
¿En qué sentidos ha evolucionado tu forma de escribir desde aquel viejo 2008 cuando presentaste tu primer libro de nombre “Eva y los espejos”?
En muchos. En bastantes. Cuando trabajé “Eva y los Espejos” era alguien que recién estaba descubriendo la maravilla de la literatura y que, en su asombro, planteó muchos cuentos que ahora no escribiría de la misma manera. Sin embargo, todavía me gustan varios relatos de ese conjunto, siento que fue un trabajo honesto, lo mejor que pude hacer en ese momento de mi vida. Ahora ya tengo un dominio mayor de lo que quiero decir. Pero todavía siento que me falta mucho por aprender. Hay tanto por leer que uno quisiera que nunca se acabe la vida.
En días recientes se presentó tu más reciente obra llamada “Ayer y el Fuego” ¿Qué tipo de relatos nos presentas en esta ocasión?
Son diez cuentos de corte autobiográfico. Hay una voz en primera persona que narra todos ellos. No importa tanto el Yo, sino lo que le ha sucedido a él o a los demás durante una infancia, la juventud o adultez. Hay historias como la del colegial que descubre que su compañera trabaja de prostituta o la de los inmigrantes venezolanos recibidos con mucha hostilidad en los barrios periféricos de la ciudad o la del embolsador de supermercado que se enamora de la chica de familia rica con conciencia de clase.
En todos estos años has recibido muchos reconocimientos ¿Cuál es el premio que más orgullo te causa?
Estoy profundamente agradecido con los premios que ha recibido mi obra porque me han dado de comer, a mí y a mis hijos. También me han ayudado a seguir escribiendo y he podido conocer el mundo con ellos. Por eso siempre quisiera mencionarlos a todos. Los que más feliz me ponen son los que recibí en el exterior: el Premio Interamericano de Literatura Carlos Montemayor y el Premio Latinoamericano Edmundo Valadés, en México, y el Premio Internacional José Nogales, en España.
Checklist:
3 libros eternos:
El tambor de hojalata, de Günter Grass
Cien años de soledad,
de Gabriel García Márquez
La montaña mágica, de Thomas Mann
3 discos inolvidables:
Invisible de La Ley;
Liebeistfüralle Da de Rammstein
OK Computer de Radiohead.
3 escritores que más admiras:
José Saramago
Orhan Pamuk
Isaac Bashevis Singer
3 cosas imprescindibles en la vida:
Familia Libros Fútbol
