Concluido el primer trimestre de la gestión escolar 2022, con procesos de nivelación de conocimientos, avance de contenidos curriculares y evaluaciones orales y escritas en el Subsistema de Educación Regular (inicial-primaria-secundaria); ahora la tarea de sistematización y transcripción de las calificaciones en las libretas escolares y posterior envío a los padres de familia, es responsabilidad exclusiva de los maestros de aula y especialidades.
En el artículo 53 del Reglamento de Evaluación del Desarrollo Curricular (2013) la libreta escolar está concebida como: “instrumento de comunicación oficial y de acreditación de los resultados logrados por los estudiantes”. En la R.M. 001/2022, artículo 42, dispone acceso a las libretas electrónicas a todos los actores educativos en sitio web: siged.sie.gob.bo. Afirma: “Las madres y padres de familia tendrán acceso a través del código Registro Único de Estudiante (RUDE), o carnet de identidad o fecha de nacimiento del estudiante a la libreta electrónica en línea”.
Sin embargo, la importancia de la libreta electrónica es muy poco comprendida y poco usada informáticamente por los padres de familia y estudiantes, quienes por desconocimiento y contraseñas de seguridad restringidos que imponen los directivos, no acceden a la plataforma virtual. Se observa también un fenómeno de menosprecio, descuido e incluso apatía de los tutores ante el instrumento de comunicación oficial; ya no se valora y hace seguimiento minucioso, como antes se hacía, a la libreta de calificaciones de los estudiantes.
La importancia de la libreta escolar radica en que es un documento de información oficial, que refleja claramente el proceso formativo, seguido por los estudiantes en un determinado trimestre. Muestra el aprovechamiento académico de cada alumno y, por supuesto, la acumulación de conocimientos que consigue en la escuela. Antes el maestro tenía la potestad de observar, advertir y alertar a los estudiantes que estaban a punto de perder una materia, trimestre o año; registrando con bolígrafo rojo notas reprobadas. Advertencia y alarma que ha quedado prohibido, desafortunadamente, para los maestros.
El antecedente de “aprobación automática”, ejecutado en la gestión 2020, por motivos de pandemia sanitaria e inoperancia técnica administrativa de las autoridades del Ministro de Educación de ese entonces, incide actualmente en la concepción de la importancia de la evaluación educativa. Mal acostumbraron a los padres de familia, que ahora piensan que su hijo/a puede aprobar o pasar de curso sin estudiar y cumplir rigurosamente los contenidos del plan de estudios. Los malos hábitos quedaron en la colectividad, herencia de la pandemia covid-19.
El reglamento de evaluación (Art. 24) aduce que en nivel inicial: “la promoción se da previo cumplimiento del plan de estudios (valoración apreciativa)”. En nivel primario, determina: “la obligatoriedad de cumplimiento de la valoración cualitativa y cuantitativa, basado en la formación integral y logro de resultados planteados en los objetivos holísticos”; aprobar un curso en este nivel depende del promedio general de todas las áreas de saberes y conocimientos equivalente a 51 puntos. Y, en secundaria, la promoción se alcanza: “obteniendo promedios anuales en cada área de saberes y conocimientos, iguales o superiores a 51 puntos”. Reprobar una materia o área con calificaciones menores a lo señalado, es motivo de pérdida del curso.
La libreta escolar es un instrumento de comunicación oficial, que los padres de familia deben exigir su entrega trimestral a los profesores y valorar la información que contiene, porque en ella se registra calificaciones y aprovechamiento académico de cada estudiante. Nuestro deber es efectuar seguimiento, recoger y firmar la libreta escolar trimestralmente. No sólo se trata de inscribir a los hijos en la escuela y luego desaparecer hasta la clausura.