En julio de 1963, Doctor Strange hizo su primera aparición en “Strange Tales”, el número 110 de los cómics de Marvel, de la mano del artista Steve Ditko y el escritor Stan Lee. Al maestro de las artes místicas le tomaría luego 53 años hasta ser recibido como Super Héroe en el MCU en la película de 2006: Doctor Strange: hechicero supremo.
Ahora llega Doctor Strange en el multiverso de la locura, que lleva al género de fantasía a un lugar más oscuro y siniestro. En los comienzos del viaje de iniciación en las artes místicas de Doctor Stephen Strange, Ancestral le dijo: “Si llegara a contarte todo, saldrías corriendo de aquí gritando de terror”. En ese momento nadie podía imaginar lo proféticas que serían sus palabras, porque cinco años más tarde, Sam Raimi, el maestro del terror y el mago de la adrenalina, se hizo cargo de la dirección de la segunda entrega de Doctor Strange.
Raimi no es ajeno a las películas de superhéroes. Dirigió y produjo la película de 1990 Darkman y la trilogía original de Spider-Man. Así que, ¿qué lo trae de regreso al género de superhéroes casi 15 años más tarde?
“Cuando Kevin Feige anunció que quería traer un elemento de terror a Doctor Strange, me pareció muy interesante”, explica Raimi. “El terror y el suspenso siempre me parecieron aspectos divertidos de la cinematografía. Una de las razones por las cuales me interesa Doctor Strange como personaje es que se trata de un mago. De joven, hice de mago en fiestas infantiles y casamientos. Siempre me fascinó crear ilusiones. Un superhéroe que es un ilusionista y un mago reviste para mí un interés especial”.
Aquellos familiarizados con las películas de Raimi sabrán que usa las herramientas de la cinematografía para lograr efectos tanto cómicos como artísticos, sin miedo a correr los límites de lo que el público podría llegar a aceptar, llevándola a un lugar donde pocos directores se atreven a ir. Un viejo y comprometido fan de los libros de historietas, la forma en la que Raimi usa la cámara está fuertemente influenciada por el medio: sus característicos primeros planos extremos, ángulos inclinados, cortes rápidos, imitando los cómics.
El coproductor Richie Palmer revela qué le depara a Doctor Strange en manos de Sam Raimi: “Siempre quisimos que esta fuera la película más estremecedora, aterradora y emocionante de Marvel Studios. Definitivamente queríamos llevar a cabo esa promesa, y Sam Raimi es el maestro de lo macabro. Definitivamente es la persona indicada para hacerlo. ¡Sólo que no teníamos idea de lo alocado que se volvería!”
Dándonos ciertos indicios de lo que está por venir, Raimi ofrece: “La primera película de Doctor Strange realmente le abrió la mente a la gente, y en Doctor Strange en el multiverso de la locura vamos a ir un poquito más lejos. Esta película nos hará viajar a través de distintas realidades en el Multiverso”.
El Multiverso del que habla Raimi consiste en infinitos universos paralelos, cada universo alberga todo lo que ya existe, pero en una realidad diferente. Imaginen muchas versiones diferentes de uno mismo viviendo en versiones diferentes de la realidad que conocemos, llevando vidas diferentes con desenlaces diferentes del que uno está viviendo. Eso es el Multiverso.
Ahora, con la incorporación de América Chávez, quien tiene el poder de cruzar entre los distintos universos, esas posibilidades se multiplican por diez, dando un pasaporte a los cineastas para explorar el Multiverso de una forma jamás concebida antes en el MCU. Con ese poder, se abren toda clase de oportunidades.
“En películas anteriores de Marvel se insinuó la idea del Multiverso, esta idea de que dentro del Multiverso, existen todas las versiones posibles de nuestro mundo”, cuenta el productor ejecutivo Eric Hauserman Carroll. “En Doctor Strange en el multiverso de la locura, Stephen Strange va a abrirnos las puertas de él de par en par”.