Poder de la ciudadanía

Como nueva forma de expresión y participación en la actual crisis del país, entidades ciudadanas sin color político partidario deciden defender la Democracia, una manera de redescubrir mecanismos que cohesionen y den consistencia a su unidad monolítica. Conglomerado de briosa juventud, junto a las plataformas ciudadanas, eje principal del engranaje estructural y conducción, ellos pusieron en fuga cobarde a Evo Morales, que hoy detrás del trono pretende quebrantar nuestra democracia.
Asambleístas del MAS, conocedores de reglamentos internos por el tiempo de ejercicio en esas funciones, dieron su aprobación y aval congresal a la senadora Jeanine Añez como Presidenta de la Republica; una verdadera atribución por mayoría congresal, que la hace constitucional, esto sella su legitimidad incuestionable.
En los últimos momentos de presión, la muchedumbre encendió su alegría por la elección de un nuevo presidente, alegría que se desvanece al conocer la designación de la Sra. Añez, que motiva una serie de conjeturas, como que, si Evo desgració al país, la Sra. Añez re-desgraciaría; el cargo la embriagó y le quedó muy grande. Los jóvenes, fecundos en valentía, como corderos fueron entregados a la boca de un lobo feroz.
Como principio de lucha deberán regirse bajo preceptos de la Democracia universal, “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, y si las tensiones sociales del gobierno desatan sus inopinadas respuestas de agresión, nos inclinan a elegir una pertinente resistencia firme, evitando sean estrangulados derechos, libertades y soberanía constitucionales.
En el entramado plan de sometimiento totalitario, se observa terrorismo de Estado, persecución, cárcel política, manipuleo de la justicia, el juego asqueroso del TCP. Hoy un Estado policial se suma a la tendencia insistente hacia una “guerra civil”. Un país dividido en plena guerra sin ley y derechos, va camino a la total destrucción, presa fácil para una invasión o polinización del país, ahora que estamos en los umbrales de una Tercera Guerra Mundial.
Las exageradas expresiones de confrontación masista, como: “No dar de comer a la gente que no es masista” (Choquehuanca); “Saldremos a las calles a pelear” (Arce Catacora); “No nos importa matar” (Yucra), mientras Evo amenaza al pueblo con términos criminales y genocidas, y otros, ¿se deben a inmadurez, mediocridad o ignorancia? Queremos edificar, no destruir, no permitiremos, de cualquier manera, que sean estrangulados nuestros principios de libertad.
Nuestra historia nacional está plagada de engaños, traiciones, mentiras, corrupción, ahora narcotráfico. Recordemos que Alcides Arguedas decía que “entre el indio bueno, el blanco malo, el cholo es el peor”, como carga de nuestros peores complejos, males que nunca pudimos eliminar. “Somos fidedigna expresión del pasado histórico, estéril y sin grandeza”, afuera somos considerados país de semi salvajes.
En el ideograma chino “crisis” es: Peligro (debilitarse o morir), oportunidad (fortalecerse y crecer); tenemos dos caminos, el desastre, o el renacimiento, parece que recorremos los dos caminos. El mismo decía: Porque los pueblos, Dios mío, avanzan y progresan, no por mandato de la providencia o el progreso sea obra del azar, de agentes naturales, lluvia, el viento, sino porque la conducción del país es de hombres inteligentes sabios y valientes. En 14 años más el actual, la misma porquería, seguimos siendo el país más pobre de América, encadenados a nuestro subdesarrollo.
Día de la democracia, ¿de cuál democracia?, la comunista que habla de defender y asegurar a la clase obrera y no de libertad, en cambio la nuestra es defender el bien común, la libertad, seguridad jurídica, los DDHH, la justicia, los derechos constitucionales y nuestra soberanía. Mucha demagogia inútil, a la muerte del presidente de Haití, los haitianos le llaman “perricidio” y no magnicidio. ¿Hemos hecho algo positivo y practico desde que nacimos a la vida libre? ¡Nada! Destruir tiranías para crear otras.