miércoles, abril 24, 2024
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¿Por qué nos enamoramos de personas equivocadas?

Por Valeria Sabater, psicóloga

 

Casi todos nos hemos enamorado de personas equivocadas. No obstante, cuando acumulamos un exceso de relaciones dolorosas, abusivas o decepcionantes, tal vez el problema esté en nosotros mismos y no en los demás.

Son muchos los que se hacen esta pregunta de manera constante tras cada fracaso y decepción afectiva. Así, y aunque es cierto que en esto del amor vamos a menudo a tientas y los equívocos y fracasos son frecuentes, hay quien tiene la clara sensación de que siempre acaban abriendo las puertas del corazón a la persona menos idónea.

“Es que siempre atraigo a los narcisistas”; “es que siempre me traicionan”; “de momento, mis relaciones no han durado más de unos meses. Estoy cansado ya de tantas decepciones”. Tras todas estas verbalizaciones y lamentos se esconde a menudo una realidad evidente: abundan los que echan la culpa a los demás de sus fracasos afectivos sin poner la mirada en sí mismos.

Tal vez, la raíz del problema resida en la propia persona y en el amor que llegamos a tolerar. Muchas veces, cuando se inicia un vínculo de pareja se olvida lo más importante: quiénes somos, qué queremos… En esencia, la propia identidad.

¿Cúales son las razones?

 

Para mucha gente hay un patrón que se repite, casi como la figura de un uróboro trayendo una singular maldición. Ese en el que uno se enamora de alguien, sale lastimado, la relación se rompe y, tiempo después, la experiencia vuelve a repetirse con otra persona. Distintos rostros y mismas historias, otros nombres y mismos desenlaces.

Es cierto que no se puede controlar a quién amar y a quién no. Simplemente llega, a veces de manera cegadora, tejiendo ese universo de atracciones, pasiones y afectos que nadie puede prever ni aún menos detener. Señala la antropóloga Helen Fisher que el ser humano nace para amar y ser amado, y aunque a veces no acertemos, esta será una pulsión que nos mueva durante buena parte de nuestra vida.

Sin embargo, ¿por qué nos enamoramos de personas equivocadas? La respuesta a esta pregunta es múltiple, las analizamos.

1. Cuando el amor diluye la identidad: tú lo eres todo y yo no sé quién soy

Son muchos los hombres y las mujeres que lo dan todo en el amor y en su relación de pareja, llegando a extremos nada saludables. Se vuelcan en el ser amado en cada fibra de su ser, hacen renuncias y priorizan al otro en cada circunstancia hasta diluirse por completo.

Desde la Universidad de Bern (Suiza), se afirma en un estudio que esta realidad aparece con frecuencia en personas con una autoestima baja. Es necesario tener presente que la calidad de una relación de pareja dependerá del buen autoconcepto y amor propio que cada integrante tenga de sí mismo. Una alta autoestima es sinónimo de bienestar y satisfacción en cada área de nuestra vida.

2. El miedo a la soledad: cuando nos enamoramos del primero que nos valida

¿Por qué nos enamoramos de personas equivocadas? A veces la respuesta es simple: por temor a estar solos. En este contexto, lo que sucede es poco más que un suicidio emocional: se llega a tolerar lo intolerable únicamente por tener a alguien al lado.

Además se da otro hecho: quien teme a la soledad es más receptivo al enamoramiento. Le basta con cualquiera que se fije en él y lo valide, aunque no se compartan los mismos valores.

3. Buscamos en los demás aquello de lo que nosotros carecemos

Seguridad, resolución, apertura, extroversión, autoconfianza… En los vínculos de pareja es muy común buscar en el otro aquello de lo que uno carece.

Ahora bien, esto que en un principio podría parecer lógico y comprensible, rara vez suele salir bien. Y no lo hace porque el problema está en nosotros, ya que quien llega con excesivas carencias a un vínculo afectivo lo que percibirá es que sus vacíos se hacen más grandes cada día en esa vida en común.

4. Cuando te olvidas del amor que mereces

En efecto, esta es una razón muy recurrente que a menudo descuidamos. En ocasiones, iniciamos vínculos afectivos olvidando que merecemos mucho más de lo que creemos.

El amor no va de tolerar, aceptar desaires, asumir descalificaciones y esa falta de reciprocidad en la que yo lo doy todo y tú no me das nada.

5. La incapacidad de aprender del pasado

Otra dinámica que apreciamos con frecuencia en las personas que se quejan de sus fracasos afectivos es la tendencia a repetir patrones del pasado. Lejos de aprender de esas relaciones infelices y hasta traumáticas, hay una tendencia a volver a poner la mirada en el mismo perfil de personalidad (narcisistas, manipuladores, etc).

¿Por qué ocurre? ¿Qué explica esa forma de perpetuar sufrimientos y de caminar con los ojos cerrados hacia el mismo abismo emocional? En cierto modo, se integran muchas de las dinámicas anteriormente descritas: falta de autoestima, miedo a la soledad, buscar en otros aquello que a uno le falta… Es un conglomerado de aguijones psicológicos que orquestan esos vínculos cautivos de los que no se logra salir en mucho tiempo.

Todos acumulamos a nuestras espaldas relaciones de pareja infelices, de esas que nos encantaría olvidar. No obstante, a medida que maduramos y avanzamos en nuestro ciclo vital, tenemos claro qué queremos y qué esperamos del amor. Asimismo, hay una ley no escrita que todos deberíamos recordar: es imposible amar a nadie si primero no nos amamos bien a nosotros mismos.

 

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