miércoles, abril 24, 2024
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Bolivia aumenta su enclaustramiento

Un paro del transporte pesado a nivel nacional para suspender la prueba técnica del ferrocarril Arica-La Paz y la decisión del gobierno del Estado Plurinacional de suspender el funcionamiento de ese servicio de transporte han originado la actualización del grave problema del enclaustramiento de Bolivia, en momentos en que se agudiza la crisis económica que, en forma creciente, la afecta desde hace varios años y que podrá continuar aún por algunos más.

A raíz del intento de rehabilitar esa línea férrea que conecta a Bolivia con el mar y la relaciona con el mundo, tanto para importaciones como para exportaciones, la poderosa corporación de transporte pesado expresó su protesta, porque se le reduciría la cantidad de carga que podría trasladar y, por tanto, ese ferrocarril haría competencia a sus prósperos negocios. Es más, los transportistas decidieron entrar en un paro nacional, para hacer cumplir su ultimátum, paro que se cumplió durante varias semanas.

La amenaza de los transportistas recibió atención favorable del gobierno y, finalmente, por temor o decisión voluntaria, aprobó   suspender esas operaciones sin medir los alcances de esa medida y dar cumplimiento a la presión del gremio transportista.

La actitud de los transportistas, desde su propio punto de vista y lejos de la realidad nacional, podría tener alguna aceptación y hasta se justificaría en caso de que fuese necesaria para un fin positivo general. Pero, desde el punto de vista nacional, esa determinación fue altamente perjudicial, ya que no tomó en cuenta el contexto de la realidad del país, que es más importante que los intereses particulares gremiales que predominan en diversos círculos sociales que pierden la perspectiva.

En consecuencia, la decisión corporativa de los transportistas –de rechazar una medida que si bien afecta en alguna medida sus actividades y solo en forma muy limitada– perjudica en forma muchísimo más aguda al interés nacional, ya que profundiza de hecho el enclaustramiento del país, situación tan criticada en declaraciones y discursos.

Resulta, también, más censurable que el gobierno plurinacional esté de acuerdo y acepte esa imposición y desconozca la importancia que tiene para Bolivia esa vinculación marítima con el mundo. El pueblo boliviano que encontraba una vía para salir de la asfixia en que agoniza, ahora encuentra que le impiden recibir los aires del mar que tanto requiere, por lo que sería oportuno que se mire el asunto desde nuevos puntos de vista, para dar una solución lógica al problema.

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