Ante la violencia extrema, con muertes y heridos, registrada en Bolivia en las últimas semanas, los fraternos de la Festividad del Señor Jesús del Gran Poder pidieron paz y unidad para Bolivia y rindieron homenaje con un minuto de silencio a las víctimas que perdieron la vida en los conflictos sociales ordenados por Evo Morales en Cochabamba y Potosí.
Luego de los actos de homenaje, la ciudad de La Paz vivió ayer una jornada de color, devoción y cultura con la fastuosa entrada del Señor Jesús del Gran Poder, una de las manifestaciones folklóricas más grandes de Bolivia.
Desde tempranas horas, miles de bailarines y músicos despliegan su fe en un recorrido que fusiona tradición religiosa y expresión artística.
Una de las novedades de este año fue el papamóvil en el que trasladaron la estatua del “Tatita”. “Fue traído desde Chile y luego estaba en Santa Cruz, ha transportado dos veces al Papa, ahora es un honor que esté acá en el Bicentenario de Bolivia, dando grandeza a lo que es la Entrada del Gran Poder”, manifestó el alcalde Iván Arias.
Según autoridades, la fiesta, además de su carga simbólica y espiritual, representa un importante impulso económico para la ciudad: según datos municipales y de la Federación Folklórica, el movimiento económico generado por la Entrada supera los 60 millones de dólares, incluyendo vestimenta, música, turismo, gastronomía y servicios.