Elvia Moya falleció el pasado domingo, pero siempre será recordada por su entrega a su trabajo periodístico y por el amor que sentía por Bolivia, pese a haber nacido en Santiago de Chile.
“Yo soy boliviana por matrimonio y porque me lo he ganado. Amo este país… Alguien me dijo que yo nací equivocada… y mis amigas me dicen: Tú eres boliviana más que el chuño. Amo Bolivia, mi familia la hice aquí”, contaba al periódico EL DIARIO.
Para Elvia, el periodismo era una pasión esclavizante que le trajo más alegrías que tristezas en su trabajo profesional. “Si tendría la oportunidad de nacer nuevamente, no dudaría un momento en volver a ser periodista para estar al servicio de la gente. Amo mucho el periodismo, creo que es una vocación que esclaviza, pero que me hace feliz. No lo dejaría por nada en el mundo”, afirmaba la conocida periodista cuando fue parte de Unitel, red televisiva en la que hizo la mayor parte de su carrera profesional.
Moya estudió comunicación en la Universidad Católica Boliviana.
Su carrera periodística comenzó en Radio Continental. Luego trabajó en EL DIARIO y de ahí pasó a distintos medios, como la Agencia de Noticias Fides, Radio Nueva América, Panamericana, Canal 7, Canal 9 y el 2 (Unitel).
En el año 2011 recibió el Premio Nacional de Periodismo por la Defensa del Interés Público y recientemente el reconocimiento al Mérito Profesional en Periodismo, otorgado por la Universidad Franz Tamayo.
A días de su sentido fallecimiento, hoy recordamos lo que nos dijo en las entrevistas que le hicimos en Tu Guía y La Guía del periódico EL DIARIO.
TG: ¿Cómo definirías tu forma de hacer periodismo?
E: Me gusta lo social, soy agresiva, pero con los poderes, no con la gente humilde, con la que me asimilo muy bien, y a la que quiero mucho.
TG: ¿Esa “agresividad” te trajo problemas?
E: Muchas veces, pero no se trata de una agresividad de “romper por romper”. A veces soy agresiva en función de obtener o sacar algo, porque hay gente que se quiere hacer la burla de vos o que piensa que te puede tomar el pelo. Entonces, yo voy más allá. Quiero que la gente me dé respuestas, que no me tome el pelo.
TG: ¿Fuiste amenazada?
E: Varias veces. Me han pegado fuerte por haber defendido a gente muy necesitada. Incluso me amenazaron de hecho y con una granada, que la pusieron en la puerta de mi casa, con el consiguiente riesgo para mi familia. La verdad es que nunca hemos podido saber quién la puso, pero más o menos sospechamos, ya que yo cubría áreas difíciles, de seguridad, y creo que de ahí vino la mano.
TG: ¿Qué es lo negativo de tu trabajo?
E: Que a veces me frustro, porque tú no puedes solucionar los problemas de la gente. Tú, como periodista, ayudas, comunicas lo que la gente quiere, das cuenta de los muchos problemas que tiene, pero que no se solucionan por la falta de atención de las personas que detentan el poder. Hay mucha pobreza, postergación y desigualdad en el país y eso me angustia, molesta e irrita profundamente.
TG: ¿Y lo positivo?
E: Lo positivo es que conoces a mucha gente de todas las condiciones sociales, de arriba y de abajo.
TG: ¿Siempre pones “tu salsa” a las noticias?
E: Claro, le pongo humor y a veces tomo el pelo. Yo me emociono e involucro con las notas. He tenido muchos problemas por eso, porque yo me pongo en posición. Si a alguna persona débil la están agrediendo, yo tomo partido e inmediatamente digo: “Esto no puede ser, esto es una injusticia”. No soy una periodista fría.
TG: ¿El hecho de ser mujer te ha facilitado tu trabajo?
E: No, yo creo que la gente que hace periodismo con cariño, devoción, honradez y honestidad no necesita ser hombre o mujer, puesto que todos tenemos las mismas posibilidades, ganamos y trabajamos lo mismo. La única ventaja es que las mujeres tenemos un poco más de paciencia, porque parir un hijo te cuesta nueve meses y eso lo he vivido. Los hombres son más impacientes, cuando no llega un ministro se intranquilizan y dicen: “Ya vámonos, walk over”.
TG: ¿Te consideras una periodista con poder?
E: No, no sé, nunca lo he medido, aunque a veces sí influyo para que algo se solucione. Lo único que te puedo decir es que hago las cosas con mucha entrega.
TG: ¿Algunas vez “disfrutaste” de la fama?
E: No, porque yo hago colas igual que todos, voy al mercado como una ama de casa más y cargo mis bolsas. Nunca he abusado del poder. Yo siento que soy una humilde ciudadana.
TG: ¿Cómo es el trabajo en Unitel?
E: Unitel es un canal muy bonito para trabajar. Tenemos el mejor equipo y no es por alabar al canal, pero el equipo es joven y aguerrido. Sabes, hemos estado en situaciones muy difíciles en el canal, hubo cambios, como en todos los canales, pero en el nuestro el equipo es fabuloso. Pase quien pase por Unitel, el equipo queda y te lo firmo “ahorita” que somos los mejores.
LG: ¿Qué te enamoró de Unitel?
E: Creo que respetan mucho tu forma de ser, no te imponen, imagínate, yo cubro la ciudad y me mantienen en ese lugar porque saben que amo a la gente… la ciudad, los juegos, las calles, sus problemas, sus pilas de agua, su área verde, el PumaKatari, cosas así.
UNA MUJER APASIONADA
“Una mujer que ama tremendamente a su pueblo, una persona muy sociable, a quien le encanta la gente de Bolivia”, así decía ser Elvia Moya.
TG: ¿Algunas vez te dijeron cuál es tu mayor virtud?
E: Sí, me dicen que soy una persona que tomo las cosas en serio y las acabo. Soy “ko`nana”.
TG: ¿Y tu peor defecto?
E: Me han dicho que soy muy apasionada.
TG: ¿Cuáles son tus pasatiempos?
E: Leer, leer y leer. Me gustan mucho los Kjarkas, todo el día escucho Kjarkas. También me encanta la música de los K`achas.
TG: ¿De no haber sido periodista, que profesión te habría gustado tener?
E: Me hubiera gustado ser abogada, porque, fíjate, eso también es una frustración, pude haberlo hecho, pero el tiempo me faltó. Sin embargo, estudié historiografía, soy licenciada en esa carrera.