Queridos lectores, en este nuevo mes continuamos con la serie de recetas con superalimentos. Además, con las bajas temperaturas que se presentan en nuestro país y otros países latinoamericanos es menester reforzar y cuidar nuestra alimentación.
Antes de convertirse en el ingrediente estrella de batidos modernos, puddings veganos y snacks saludables, la chía (Salvia hispanica) ya era considerada un alimento sagrado por algunas de las civilizaciones más avanzadas de América. Originaria de Mesoamérica, especialmente de lo que hoy es México y Guatemala, la chía fue uno de los cultivos principales de los aztecas y mayas, junto con el maíz y los frijoles.
En náhuatl, “chía” significa “fuerza”, y no es casualidad. Los guerreros aztecas la utilizaban como fuente de resistencia física durante las campañas militares. También se ofrecía en rituales y ceremonias religiosas, lo que refleja su profundo valor simbólico y espiritual.
Durante siglos, tras la llegada de los colonizadores españoles, su cultivo y consumo se redujeron drásticamente, casi al olvido. Pero con el resurgimiento del interés por alimentos funcionales, la chía ha sido revalorizada como “superalimento”, una palabra que, aunque no tiene definición científica oficial, se usa para describir ingredientes naturales que ofrecen densidad nutricional excepcional y beneficios específicos para la salud.
La chía lo cumple con creces:
Composición nutricional destacada (por 28 gr/2 cdas):
Omega-3 (ácido alfa-linolénico – ALA): 5 gr (más que el salmón, en peso)
Fibra: 10–11 gr (soluble e insoluble, excelente para la salud digestiva)
Proteína completa: 4–5 gr con todos los aminoácidos esenciales
Minerales: Alto en calcio, magnesio, fósforo y hierro
Antioxidantes: Flavonoides y compuestos fenólicos
Queridos lectores la chía es un superalimento porque ayuda a reducir la inflamación gracias a su contenido en omega-3 vegetales, regula los niveles de azúcar en sangre al formar un gel que ralentiza la absorción de carbohidratos, promueve la saciedad, ideal para controlar el apetito de manera natural, es versátil, fácil de incorporar en platos dulces o salados sin alterar sabores principales.
En esta receta de trufas energéticas de cacao, dátiles y chía, esta semilla milenaria se integra en un formato contemporáneo: práctico, dulce y funcional. Cada bocado es una cápsula de energía natural, rica en fibra, grasas saludables y compuestos bioactivos, perfecta para antes de entrenar, como snack entre comidas o para calmar antojos de forma consciente.
Más que una moda, la chía representa una reconexión con la sabiduría alimentaria y una forma moderna de nutrir el cuerpo con propósito.
¡Disfruten este snack superalimentario sin culpa!
TRUFAS ENERGÉTICAS DE CACAO, DÁTILES Y CHÍA
Ingredientes:
1 taza de dátiles (sin hueso, remojados 10 min si están secos)
½ taza de nueces (almendras, nueces o avellanas)
2 cucharadas de semillas de chía
2 cucharadas de cacao puro en polvo (sin azúcar)
1 cucharada de aceite de coco (opcional, para textura más suave)
1 pizca de sal
½ cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Para rebozar (opcional):
Cacao en polvo
Coco rallado sin azúcar
Semillas de chía adicionales
Nibs de cacao o sésamo negro
Preparación:
En un procesador de alimentos, añadir las nueces y triturar hasta obtener una textura arenosa pero no completamente molida.
Incorporar los dátiles, el cacao, las semillas de chía, la sal, el aceite de coco y la vainilla.
Procesar todo junto hasta obtener una masa densa y pegajosa. Si está muy seca, añadir 1–2 cucharaditas de agua.
Con las manos ligeramente húmedas, formar bolitas del tamaño de una nuez.
Rebozar en el ingrediente que prefiera (cacao, coco, chía, etc.).
Refrigerar:
Colocar las trufas en un recipiente hermético y refrigerar por al menos 30 minutos para que tomen firmeza.
Algunos consejos:
Puede añadir una cucharada de proteína vegetal en polvo si desea un plus post-entrenamiento.
Para un toque exótico, agregar ralladura de naranja, canela o una pizca de ají en polvo.
Se conservan bien en la nevera por hasta una semana, o en el congelador por un mes.
Beneficios nutricionales (por porción estimada de 2 trufas):
Energía natural proveniente de los dátiles y las grasas saludables.
Rica en fibra y omega-3 gracias a la chía.
Sin azúcares añadidos, sin conservantes ni ingredientes ultraprocesados.
Servir:
Puede llevar las trufas en un envase hermético donde usted desee consumirlas.
Queridos lectores hasta la próxima cucharada de sabiduría gastronómica y no olviden que:
“La gastronomía hecha con amor, física, química y biológicamente sabe mejor”
Chef Franz R. Arandia Belmonte
Gastrónomo Profesional e Investigador Gastronómico
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