La talentosa productora boliviana Gabriela Maire celebró un nuevo logro histórico tras el reciente galardón de El Ladrón de Perros como Mejor Ópera Prima en los Premios Platino 2025, donde participó como una de las productoras de esta aclamada película.
Este reconocimiento consolida la visión artística de Maire y también marca un momento crucial para Bolivia y América Latina, al destacar la presencia femenina en una industria cinematográfica históricamente dominada por hombres.
A lo largo de su carrera, Maire formó parte de películas premiadas internacionalmente y presentadas en los principales festivales del mundo, incluyendo Venecia, Berlín, Sundance y San Sebastián. Su enfoque sensible, su valentía para apostar por historias profundas y su impecable capacidad de producción la han llevado a consolidarse como una fuerza transformadora dentro de la industria.
El Ladrón de Perros, bajo su coproducción, ha sido celebrada por su originalidad narrativa, su calidad estética y su impacto emocional, y representa un hito para el cine boliviano y toda la región.
En un sector donde el rol de la mujer aún enfrenta enormes desafíos, Gabriela demuestra que el talento, la visión y la determinación femenina son esenciales para construir un cine más justo, diverso y poderoso. La Guía conversó con ella y esto fue lo que nos contó esta boliviana radicada en la Ciudad de México, que no solo produce películas, sino también historia.
LG: ¿Qué significa para ti ser una de las productoras de la premiada película El ladrón de perros?
G: Es una satisfacción muy grande por lo que ha logrado la película, pero, a la vez, es el proyecto que me permitió volver a colaborar con el cine de mi país, y volver a filmar en Bolivia, con un equipo de gente que me parece de lo más talentoso que hay en la región y eso lo hace aún más especial. Esta historia me permitió volver a mirar a La Paz a través de lo que nos muestra la cámara, con una historia muy local pero universal.
Así mismo, El Ladrón de Perros es un ejemplo muy importante de cómo el cine es colaborativo, ya que fui parte de un gran equipo, que fue encabezado desde el inicio por Vinko Tomicic, el director, Álvaro Manzano, el productor boliviano y a quienes nos unimos desde México con nuestra empresa Zafiro Cinema y al que posteriormente se unieron otros coproductores y empresarios que nos permitieron sacarla adelante (…).
LG: ¿Qué destacas de El Ladrón de Perros?
G: Esta película cuenta una historia muy humana, que toca fibras en las personas que la ven, que nos muestra La Paz con otros ojos y nos permite ver aquello que ya casi no identificamos o que consideramos como parte del paisaje, que son estos niños lustrabotas, quienes detrás del pasamontaña son seres con sueños, deseos y corazón, como cualquiera. Es un retrato de personajes solitarios que, en el fondo, sólo buscan pertenecer. Me gusta el diálogo que permite al salir de la sala, sobre temas como el trabajo infantil, la adopción, la soledad y la pérdida.
LG: ¿En qué otras películas premiadas participaste?
G: Desde el inicio de mi carrera tuve la fortuna de colaborar con películas que han tenido algo que decir, que han tenido propuestas desde su visión y con directores que han apostado todo en sus proyectos y ese esfuerzo ha sido reconocido en distintas instancias de los circuitos cinematográficos. Algunas de ellas que me atrevo a mencionar son Zona Sur e Yvy Maraey en Bolivia, Las Niñas Bien y Te Llevo Conmigo en México, entre otras colaboraciones.
LG: ¿Qué tipo de productora es Gabriela Maire?
G: A veces una debe mencionar que se es una productora creativa, aunque para mí eso es redundar, porque creo que los productores son altamente creativos. Es una característica muy importante de mi trabajo, ya que puedes colaborar desde una visión muy práctica en la realización de las cosas. Cuando lees un guion, empiezas a imaginar dónde lo filmarías, con qué actores colaborarías en el proyecto, cómo diseñarías una estrategia de financiación y hasta de la venta de algo que aún no existe. Así que estás todo el tiempo creando e imaginando cosas para las películas.
Además, diría que soy una productora tenaz, que toma decisiones de qué historias quiere contar y cuando me vínculo a un proyecto, lo acompaño a lo largo del tiempo, aunque sean procesos tan largos y que muchos dejarían en el camino. Creo que hay algo o mucho de tenacidad en esta carrera de resistencia.
Por último, diría que soy soñadora, pero no me limito a soñar, sino que trabajo a diario para que esos sueños se cumplan.
LG: ¿Cuál fue la clave para tu éxito profesional?
G: Para mí la clave fue atreverme, con miedo, con incertidumbre, con duda, pero siempre atreviéndome a intentarlo. Al final el cine para mí es una cuestión de fe y trabajo constante.
También el atreverme a ser empresaria (…), no sólo trabajo en producción, sino que tengo una empresa que es la responsable de las producciones que hace. Eso quiere decir que tienes una responsabilidad legal, administrativa y económica, pero sobre todo social, porque ser productora me permite tener la libertad de elegir qué historias quiero contar, y con ello, viene la responsabilidad del qué dicen esas historias, cómo son vistos los personajes en las películas que hago, qué temas son importantes.
Asimismo, esto me permite dar oportunidades a otras personas para realizar historias de directoras mujeres, de guionistas mujeres, colaborar con fotógrafas mujeres o dar oportunidad a otros puestos de decisión, como la edición, que puedan encabezar mujeres. Creo que no sólo se trata de abrirse un hueco en esa industria como mujer, sino el colaborar con otras mujeres para que los lugares se multipliquen y seamos muchas más.
LG: ¿Qué se viene este año en tu carrera?
G: Con mi empresa, Zafiro Cinema, estamos en la post produccion de una nueva película en México, La Cazadora, que nos ha tomado muchos años también levantar, así que nos da mucha alegría que ya va siendo una realidad. También estamos iniciando el desarrollo de otra película que nos entusiasma mucho por el reto que implica, Oasis, y estamos escuchando nuevos proyectos para el futuro. Creo que Zafiro ha alcanzado algo que yo soñaba, que era el tener proyectos en distintas etapas de la producción para que la rueda siga girando.
LG: ¿Deseas agregar algo?
G: El cine en Bolivia está lleno de talento, las películas que se han hecho han ganado mucho prestigio, destacando en diversos festivales del mundo y necesitamos apoyarlo, desde el público en general, que tiene el poder de decidir ver una película boliviana en el cine, hasta las autoridades pertinentes, que pueden determinar que el apoyo a la producción cinematográfica sea una constante, y que ese apoyo esté amparado en la ley, logrando que sea consecuente. El cine nos permite crear una marca de país, apoyarlo es fundamental para nuestro acervo cultural.