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YPFB en estado crítico

Eric L. Cárdenas del Castillo

A fines del Siglo XIX se dejó el carbón como principal producto generador de energía, que había acompañado a la revolución industrial y fue remplazado en buena medida por el petróleo que se extraía del suelo. Es así que aparecieron las grandes empresas que explotaban este recurso natural no renovable.
En nuestro país, duante el gobierno de José Gutiérrez Guerra, en marzo de 1920 se firmó un contrato con la empresa Richmond Levering & Cia., para la explotación de petróleo en determinadas zonas. Un año más tarde, esta empresa transfirió sus derechos a la compañía Standard Oíl Co., que comenzó con la explotación de este recurso en suelo boliviano.
En julio de 1932, se desató la guerra del Chaco contra el Paraguay, que duró hasta 1935. Esta guerra por el territorio del Chaco, fue impulsada por los intereses anglo-argentinos en el petróleo del territorio boliviano. Acabada la guerra se entregó la presidencia al Cnel. David Toro Ruiloba, que rescindió el contrato con la Standard Oíl y el 13 de marzo de 1937 se creó la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
La empresa estatal de petróleo cubrió la demanda interna y exportó importantes volúmenes, para lo que se extendió el ducto Sicasica-Arica, constituyendo una fuente de ingresos para el tesoro público. Durante el período de la revolución Nacional, se volcaron importantes esfuerzos para desarrollar la actividad petrolífera. Entre los años 1937 y 1952 se exploraron 1.600 Km2, se perforaron 49 pozos y tenían en explotación 7 pozos, de 1952 a 1961 en exploración geológica se cubrieron 19.380 Km2 y aerofotogrametría 36.425 Km2, en geofísica 40.956 Km2, se perforaron 216 pozos. La producción de petróleo, que en 1951 fue de 83.223 metros cúbicos, en 1961 fue de 430.437 m3 y la refinaron de crudo, 356.927 m3 en comparación con 98.796 m3 en 1951.
En el segundo gobierno de Paz Estenssoro se concedieron 124.837 Km2 de áreas de exploración a empresas de capital privado, el que invirtió más de 100 millones de dólares (de ese tiempo) hasta 1963. Más tarde, en gobiernos militares de corte izquierdista, fueron nacionalizadas esas concesiones.
En las décadas 70 y 80 del pasado siglo, se comenzó a explotar el gas natural que salía de los pozos petrolíferos y se exploraron otros, de tal manera que, en los años 90, los gobiernos de ese tiempo mal llamados neoliberales, firmaron contratos de provisión de gas con Brasil y Argentina, extendiéndose los respectivos ductos. Además, como resultado de la exploración, se establecieron varios centros de producción de gas, siendo considerado el país como un importante reservorio gasífero.
Durante los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) ingresaron al tesoro público, por venta de gas, alrededor de 70 mil millones de dólares, pues en el mercado internacional el barril de petróleo subió de 25 hasta 130 dólares, de tal suerte que, como nunca antes, el país percibió importantes ingresos. Lamentablemente, el destino que se dio a esos recursos fue poco apropiado y fue más el despilfarro que el acierto. No se destinaron recursos a la exploración de nuevos campos de gas, y cuando a partir de 2014 bajaron los precios internacionales, hemos llegado a una crisis de desabastecimiento de gasolina y diésel.
La empresa estatal del petróleo fue convertida en botín político partidario, en la actualidad tiene una planilla de 5.600 empleados y se paga a cerca de 40 individuos mensualmente salarios de entre 12.000 y 40.000 bolivianos, como dirigentes sindicales en comisión. Además, los gastos en pasajes, viáticos y otros son elevados. Hace poco se pagó a todos los empleados un salario como “prima”, es decir por una supuesta alta rentabilidad empresarial, cuando la empresa carece de recursos para adquirir gasolina y diésel y seguramente otros insumos.
YPFB, que fue una suerte de “gallina de los huevos de oro” por su importante aporte al tesoro público, hoy está en estado crítico, y requiere de una reingeniería urgente, para que siga su curso de desarrollo empresarial público.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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