«No hay gas, ni se sabe cuándo entrará al país», señaló José Alberto Martínez, director de la Casa Comercial del Gas Licuado en Sancti Spíritus, dejando pocas esperanzas a los cubanos que tienen que recurrir sobre todo al carbón para cocinar ante los extensos apagones y la escasez extrema de ese combustible, que La Habana importa.
Según un reporte del periódico oficial Escambray, en Sancti Spíritus los clientes del gas licuado llevan casi 50 días esperando porque surtan los puntos de venta, una situación similar a la del resto de las provincias.
«Hoy continuamos sin disponibilidad en inventario de gas licuado en el país», declaró Martínez. «En este momento se está refinando en Cienfuegos para los sectores vitales, como Salud y Educación, para toda Cuba».
«No tenemos pronóstico. En cuanto entre el gas al país y nos liberen, estaremos vendiendo en la provincia», aseguró el funcionario, quien agregó que desconoce el momento en que estará disponible el combustible.
«La fecha exacta no la tenemos, pero tampoco pensamos que demore un año ni seis meses sin vender gas», apuntó, sin ofrecer certidumbre alguna.
Eso sí, advirtió, «es falso» que, como se rumora en la calle, cuando entre el gas el Gobierno lo venderá en dólares, como ya hace en su red de tiendas con productos de primera necesidad, sobre todo comercializando alimentos en divisas extranjeras a las que pocos cubanos tienen acceso.
Las declaraciones de Martínez chocan con la realidad de los satélites de rastreo marítimo: el miércoles 7 de mayo entró a la bahía de La Habana el buque Eugenia Gas, un carguero de gas licuado de petróleo (GLP) que tiene como destino, según su ruta declarada, Kingston, Jamaica, pero que a todas luces va a dejar su carga en Cuba.
El investigador no residente en el Instituto de Energía de la Universidad de Texas en Austin, Jorge Piñón, precisó a Diario de Cuba que este barco había cargado en el puerto de Algeciras, España, el pasado 22 de abril. «Entró a La Habana anoche», señaló.
Pero no se trata del único buque de GLP cargando ese combustible para Cuba, según Piñón: en Jamaica espera en puerto el LPG Pastorita, de propiedad cubana, que llegó a Kingston el 1 de mayo. En República Dominicana se encuentra el LPG Emilia, también de las autoridades de la Isla, que estaría por cargar gas.
Finalmente, advierte Piñón, otro de los buques de extraña suerte que llegan a los puertos cubanos cada cierto tiempo está en Moa con un cargamento de gas. Se trata del Fortunato, que navega con bandera panameña.
«El Fortunato cargó gas licuado de petróleo en la refinería de Pemex de Minatitlán el 4 de marzo. Llegó a Moa el 9 de marzo, donde todavía se encuentra. ¡60 días!», subrayó.
Entonces, ¿por qué las autoridades cubanas no explican públicamente estas gestiones o dicen cuándo podrá ser descargado el Fortunato? ¿La agonía de los cubanos con el gas depende otra vez de razones financieras, la logística vuelve a jugar una mala pasada, o se trata de ambas? (Diario de Cuba)