Se tildó al Gobierno, en los últimos conflictos, de “traidor y vende patria”. El estigma surgió de un sector disidente movilizado. Pero, ¿qué hizo en el pasado ese partido? ¿Diríamos que ha preservado, los recursos gasíferos? ¿Quizá fue ajeno a la corrupción? ¿No estuvo involucrado en el despilfarro? ¿No es responsable de la crisis económica? La historia dictará su veredicto al respecto.
“Traidor y vende patria”, son términos usados en el pasado, para descalificar a gobiernos, en democracia. Ahora son utilizados en una contienda partidaria, cuyo trasfondo es recuperar espacios para medrar con recursos fiscales. Amenazando, inclusive, con promover convulsión social, que es una rémora para encarar actividades. “Traidor y vende patria”, por lo visto, es sinónimo de entreguismo. Jamás, en consecuencia, los gobiernos deberían doblegarse ante el poder económico de algunas naciones, cualquiera fuere su tendencia ideológica. No deberían entregar recursos naturales a potencias cercanas o lejanas, pues tratarán de someternos política, económica e ideológicamente. Tomando en cuenta que Bolivia es un país proveedor de materias primas.
La historia de los países productores de materia prima fue empañada por actitudes entreguistas. En muchos casos, no les permitieron avanzar en nuevos proyectos, pues debían estar sujetos a decisiones de los poderosos, con pretensiones de ser dueños del mundo. Tal situación de dependencia y sometimiento ha deteriorado la soberanía de aquellos. Profundizaron la brecha que separaba a pobres y ricos.
Algunos gobiernos permitieron, sin medir consecuencias, el saqueo de recursos naturales, en detrimento del desarrollo y bienestar social. Siguieron las “recetas”, de contenido político y económico de aquellas instancias depredadoras. Posiblemente éstas enviaron técnicos para estudiar y evaluar, exhaustivamente, los recursos naturales del suelo y subsuelo.
Pensaron, ingenuamente, que las potencias eran la tabla de salvación. Todo ello se hizo al calor de una afinidad ideológica, por amistad y simpatía con los omnipotentes, quienes se habían propuesto, mediante profusa propaganda política, dominar del planeta. No mostraron interés en defender y preservar los recursos naturales. No pensaron que éstos se agotarían tarde o temprano. Pero juraron que eran defensores de aquellos.
Confundieron el Estado con el patrimonio privado. Dispusieron de la cosa pública, como si fuera propiedad particular. No dialogaron ni concertaron para tomar decisiones. Nunca obraron con racionalidad, sino que, embriagados por el Poder, hicieron lo que les vino en gana. Jamás tomaron los recaudos necesarios, para mitigar la crisis económica. Ahora los bolivianos están conminados a vivir con austeridad. Los más golpeados, por esta realidad, son los sectores con exiguos ingresos.
En suma: construyamos una nación libre, grande y próspera, con soberanía, para vivir mejor. Hagámoslo aunando voluntades, esfuerzos e inquietudes.
Actitudes entreguistas
Severo Cruz Selaez
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