A no dudar, el artículo constitucional que determina que los altos magistrados del Estado Plurinacional deben ser elegidos por voto popular, se ha convertido en fuente de agudos problemas, ha causado división interna en el Movimiento al Socialismo, fractura de organizaciones políticas, trifulcas entre parlamentarios, discusiones airadas entre diputados y otros. Todo ello ha producido un mayor grado de desorientación política y afecta en forma contundente a las elecciones de magistrados, aprobada por ley del Estado Plurinacional.
El problema de las elecciones judiciales, que ya se arrastra desde hace un año, se agravó cuando el Poder Ejecutivo presentó a la Cámara Baja varios proyectos de ley para aprobar créditos externos a fin de realizar obras públicas. El pedido de aprobación de esos préstamos no prosperó porque sectores evistas y de oposición también pedían que no continúen en funciones los magistrados cuyo periodo de gestión había terminado, hasta que hace poco se produjo un bloqueo de caminos ordenado por Evo Morales, el cual causó enormes pérdidas económicas.
Entonces, los asambleístas nacionales saliendo de su sueño de primavera, aprobaron llamar a las elecciones judiciales, pero con la condición de que se trataría el asunto de los créditos, a cambio de estudiar el caso de los magistrados prorrogados. En medio de largos debates, ese acto derivó en un alboroto a golpes entre parlamentarios. Un poco más tarde se denunció que la aprobación de un crédito se había producido con “fraude electrónico” y que antes hubo presiones del narcotráfico, a lo que se sumó la denuncia del presidente del Estado Plurinacional, en sentido de que se estaba saboteando el desarrollo del país.
Por si fuera poco, se denunció que se inició un proceso de persecución a candidatos para elecciones judiciales. Entre tanto, quedó paralizado el tratamiento del caso de los magistrados prorrogados. Así la gestión de diputados quedó de nuevo truncada, lo que volvió a amenazar el avance en la cuestión de las elecciones de magistrados. Sin embargo, eso no fue suficiente, pues para reactivar el tema de los magistrados, Morales y sus socios amenazaron con un nuevo bloqueo de caminos, forma de presión para que el cuerpo de asambleístas baje la cerviz y reanude labores.
En todo caso, lo que se deduce de los hechos recientes es que el Legislativo funciona bajo presión y que la postergada elección judicial tiene decepcionada y aburrida a la ciudadanía que, además, considera que tal procedimiento no servirá para un mejoramiento sustancial de la administración de justicia.