Un nuevo y considerable bajón en las exportaciones de productos no tradicionales, como soya, girasol, carne bovina, castaña, azúcar, alcohol, leche, maderas, cueros, manufacturas, entre otros, equivalente a casi un cuarto más con relación al período de enero a noviembre del año pasado, registró el país y muestra la creciente crisis de producción interna y otras dificultades.
Los aspectos negativos que originó esa caída de las exportaciones se reflejan en particular en dos formas. Por un lado, que la producción en el país sigue en declinación y, por otro, la reducción del ingreso de dólares para el funcionamiento regular de la economía nacional.
Sin embargo, ese problema determina una cadena de nuevas dificultades, entre ellas la carencia de circulante entre la población y el Estado, lo cual determina un nuevo descenso en los niveles de consumo y, por supuesto, el mayor empobrecimiento de todos los sectores sociales, en particular los medios y bajos.
En forma específica, en las exportaciones de productos no tradicionales hubo un descenso, ya que, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), si las ventas, a noviembre de 2022 llegaron a 3.643 millones de dólares, en el mismo periodo de 2023 alcanzaron a 2.776 millones de dólares.
Otros datos notables sobre el comercio exterior de Bolivia, que aporta el IBCE, se refieren al comercio exterior en general y señalan que se generó un déficit de 410 millones de dólares, debido a que las importaciones fueron de 10.535 millones de dólares, mientras que las exportaciones alcanzaron el total de 10.125 millones de dólares.
Los datos numéricos acerca de la baja de las exportaciones y la subida de las importaciones son notables y hasta valiosos para los economistas objetivos, que pueden descubrir algunos aspectos superficiales de la cuestión del déficit originado en el comercio exterior.
Y es que apreciaciones positivistas no permiten deducir lo que significa el problema comercial boliviano con sus vecinos. Es, pues, necesario analizar los datos y sacar las conclusiones del caso, en vista de que, si bajan las exportaciones y suben las importaciones, significaría que el país se está empobreciendo aceleradamente. Es más, el problema se debería a que los mecanismos de producción de país se están paralizando y producen menos y no solo para la exportación, sino para el consumo interno, lo cual trae aparejado el empobrecimiento general, tanto de la misma población como del Estado. Esas causas deben ser, pues, estudiadas en detalle, para adoptar las medidas que sean necesarias.