Por: Equipo editor
A lo largo de la historia, los filósofos han dedicado gran parte de su pensamiento a reflexionar sobre el hombre, aunque no siempre este sea el punto céntrico de sus obras. La Edad Moderna del pensamiento ha hundido al hombre en la oscuridad y esta no le permite ver cuál es su verdadero ser. Es así que la modernidad nos ha hecho creer que el ser del hombre corresponde exclusivamente a su facultad de razonar y como el corazón del hombre necesita creer en algo, cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer. Esto ha traído como consecuencia la mutilación de todas las demás dimensiones antropológicas.
El camino filosófico de la modernidad nos lleva a hacer del hombre una “idea clara y distinta” que él mismo no es. La bondad del hombre queda neutralizada por la frialdad de la razón pura, que es la reducción de toda la realidad verdaderamente humana. El centro de esta filosofía es el conocimiento y si el hombre cabe por algún sitio es precisamente como un cognoscente/cognoscible (sujeto/objeto).
- Las ideas desplazan al hombre
Cuando pensamos en el hombre como un simple conjunto de ideas y sensaciones, estamos obviando toda una realidad propia del hombre. Los sistemas racionalistas y empiristas han querido desplazar al hombre, con la falsa idea de un realce antropológico. Toda la realidad humana no se reduce al pensamiento desligado de todo lo que puede rodear al hombre. Es decir, que el racionalismo y el empirismo han hecho del hombre una idea, bien sea pensada o sentida, trayendo consigo un gran peligro, como ser: que el hombre se olvide del hombre y comience a construir una idea que no corresponde a él e incluso que no se parezca a él, o en el peor de los casos lograr que un hombre se reduzca poco a poco a la nada.
Con la modernidad surge una nueva idea del hombre. René Descartes inicia la modernidad, en lo que a la filosofía se refiere con el principio de “no aceptar nada como verdadero, antes de haber obtenido la evidencia de que es así”.
1.1. La antropología filosófica burguesa eurocéntrica
La expresión más adecuada de la eficacia del pensamiento científico moderno es lo que puede ser descrito como la naturalización de las relaciones sociales, es decir, que las características de la sociedad llamada moderna son la expresión de las tendencias espontáneas, naturales del desarrollo histórico de la sociedad.
1.2. El eurocentrismo
Es una visión del mundo que claramente coloca a Europa en el centro de los estudios históricos o culturales. En términos políticos se refiere al enfoque excesivo de la civilización occidental y sus valores, considerándolos superiores a los exhibidos en otras partes y culturas del mundo. También, podemos mencionar que en algunos contextos el término no está estrictamente relacionado al continente europeo, sino también a países como Estados Unidos.
El pensamiento eurocéntrico tiene sus orígenes en el imperialismo de las potencias europeas que se inició en el siglo XV. El interés de Europa no sólo fue económico y geopolítico, sino también ser superiores a los individuos pertenecientes a las culturas de los nuevos territorios.
Los invasores europeos consideraban a los habitantes del continente americano como gente primitiva, a pesar de que muchas culturas habían alcanzado un nivel de desarrollo y urbanización alto.
Constantemente el eurocentrismo es asociado con la difusión de sistemas económicos como el capitalismo, los mercados y las relaciones de producción existentes.
En el ámbito social, el eurocentrismo está seguido por una idea de superioridad del hombre blanco y en lo cultural se suele pensar que es bueno todo aquello que tenga raíces en el sistema de creencias y valores europeo. Pero hoy en día, el eurocentrismo sigue siendo un tema de gran debate entre sociólogos, filósofos y politólogos, especialmente en aquellos lugares que poseen tendencias contrarias a los países que crearon imperios en el pasado.
