En todas las películas que hago, sin importar el género, siempre vuelvo al aspecto humano de los personajes. “Aquaman y el Reino Perdido” es una verdadera continuación de la historia de Arthur, quien ahora malabarea sus obligaciones como Rey de Atlantis con la paternidad, con el deber de proteger tanto a su reino como a su familia.
Mientras que la última película era una historia de amor centrada en Arthur, ésta es una aventura de acción con dos hermanos, Arthur y Orm, que superan sus diferencias para salvar el mundo. Ellos se enfrentarán a un Black Manta aún más poderoso, cuyo amor por su padre y su necesidad de venganza han dado un giro más oscuro. Buscamos no solamente ampliar la historia y los personajes, sino también ofrecer al público una experiencia aún más inmersiva y emocionante.
Estaba encantado de volver a la familia de “Aquaman”, al reparto que hizo que estos personajes fueran tan memorables y convincentes —Jason, Patrick, Amber, Yahya y Nicole, junto a todo nuestro conjunto— y al equipo creativo que ayudó a construir un mundo tan impactante e inolvidable. Pero ahora hay mucho más en juego y ese mundo es mucho más extenso.
Atlantis es esta vez aún más grande, más brillante, más colorida, más vibrante. Sin embargo, Arthur y Orm están en una búsqueda que los llevará a un lugar completamente nuevo: el Reino Perdido. La Antártida me pareció un paisaje inspirador que nos resulta familiar, pero también es un lugar que la mayoría de nosotros no hemos visitado, y eso me permitió explorar una versión aumentada del mismo. Me entusiasmó la idea de crear este reino, un elemento visual completamente nuevo en esta película, junto con otros mundos nuevos. Debo decir que no sería una de mis películas sin algunas de mis creaciones emblemáticas, así que hay criaturas nuevas y oscuras para el disfrute del público.
Pero en el centro de todo está Arthur/Aquaman, junto con todo el encanto y humor característicos que Jason infunde a este héroe. Y aunque Aquaman ocupa el trono, responsable de toda Atlantis, sigue siendo un hombre que trabaja para alinear sus dos papeles —padre y rey— en este nuevo mundo audaz y expansivo.
