Como si de una pesada broma del Día de Inocentes se tratara, este pasado día 28 de diciembre fuimos testigos, a través de los medios de comunicación social, del secuestro del Sr. Luis Fernando Camacho, Gobernador del Departamento de Santa Cruz, protagonizado por fuerzas de seguridad del Estado, en pleno centro de esa capital oriental, y donde no cejaron en aplicar una inexplicable violencia y bestialidad al cumplir su cometido.
Esta insólita actitud, diametralmente opuesta a los derechos que proclama la Constitución Política del Estado a favor de las personas, ha puesto en riesgo la vida misma de la mencionada autoridad y de las personas que lo acompañaban, con el más claro estilo de despiadadas dictaduras militares que ellos mismos dicen combatir, administrando una pseudo democracia castro chavista, similar a la que aplican en Cuba, Nicaragua o Venezuela, haciendo gemir y llorar a sus pueblos, sin la onerosa necesidad de hacer uso de agentes químicos, como el gas lacrimógeno.
Lo más risible y ridículo del caso es que, para justificar semejante atropello, se echa mano a una supuesta participación del gobernador Camacho en el fingido “golpe de Estado de noviembre de 2019”, que jamás existió, y ahora se convirtió en el comodín para la comisión de tanto desatino y venganza, sólo para tratar de abroquelar el evidente fraude electoral en las elecciones del 20 octubre de 2019, donde volvió a ganar el caballo del corregidor. Baste recordar la infinidad de pronunciamientos en este sentido, de parte de organismos internacionales que intervinieron como observadores en estos comicios, y no tuvieron reparo en señalar la manipulación dolosa de éstos; la utilización de servidores ocultos y no controlados por el Tribunal Supremo Electoral, que dio paso a la falsificación y cambio de firmas, y a la dolosa suplantación de actas.
Ahora bien, para comprender las razones que debieron influir en el presidente Arce, para animarse a tomar tan errada decisión en contra del departamento económicamente más fuerte del país, y frente a esa balanza de cambio que los collas tenemos con los hermanos cruceños, sólo cabe formularnos la siguiente pregunta, ¿A más de inculturales avasalladores que les enviamos desde el occidente?, ¿qué recibimos a cambio? La respuesta es, pues, clara, y no requiere de mayor explicación. Con esa torpe, como ilegal aprehensión han convertido al legalmente electo Gobernador en un prominente líder opositor, con la suficiente capacidad de movilización y respaldo con la que no contaba antes.
Entretanto, si la decisión del primer mandatario fue la de clasificar en las grandes ligas de los briosos, ante sus compañeros y seguidores del Movimiento Al Socialismo y disputarle de frente el liderazgo al incómodo dirigente cocalero, puede que lo haya logrado, pero con un costo muy elevado, como fue el de demoler la catedral para matar un ratón, y aún peor, cometiendo una grave y sacrílega blasfemia, en contra de la Santa Cruz.