Al finalizar su misión diplomática en Bolivia, el embajador del Japón, Hokida Osamu, ofreció una recepción social para despedirse del cuerpo diplomático y de las amistades que cultivó durante su estadía en La Paz.
«Recuerdo como si fuera ayer cuando llegué a Bolivia en junio de 2020, en pleno desastre de pandemia, en ese momento no había imaginado que podríamos reunirnos de esta manera», dijo el diplomático durante su discurso de despedida, a tiempo de destacar que en los 2 años y 5 meses de trabajo se puso especial atención en el ámbito de la cooperación, para prevención de desastres, incendios forestales y equipos médicos para el Covid-19, en el marco del Programa de Desarrollo Económico y Social.
En cuanto a la asistencia financiera no reembolsable, el Embajador destacó que se ha proporcionado una ayuda detallada en toda Bolivia en diversos ámbitos como la salud, agua, educación y medioambiente, habiendo alcanzado a 36 proyectos firmados y 28 entregados.
Por otra parte, dijo sentirse honrado por la calidez pro-digada por el pueblo boliviano durante sus visitas a cada punto del país. También habló sobre los 120 años de la inmigracióin japonesa a Bolivia. «Me sorprendió ver que las tradiciones, costumbres y la lengua se ha transmitido de forma continua hasta nuestros días. Agradezco a las comunidades japonesas repartidas en todo el país, incluidas las colonias de San Juan y Okinawa, por su constante esfuerzo».
El emisario japonés se refirió también a su carrera diplomática y dijo que la misma concluye en Bolivia, su país latinoamericano favorito.
Al finalizar su alocución, invitó a los asistentes a disfrutar de la exquisita gastronomía japonesa.
Por su parte, el canciller Rogelio Mayta le expresó sus mejores deseos de éxito en sus nuevas actividades. «Llévese la gratitud del pueblo boliviano por la labor cumplida acá», dijo el Ministro y se despidió con un hasta pronto, invitándolo a retornar a Bolivia como un amigo por haber consolidado las relaciones bilaterales con el país.
