Esa antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que tuvo su origen en la Revolución rusa de 1917, fue una nación federal y de sistema marxista leninista que existió hasta el 1991, año en que, después de llevar a Rusia durante 74 años a un régimen comunista tiránico, represor ideológico, y altamente venenoso por su carácter burocrático, murió y fue sepultada,
A sus 42 años de vida, esta arpía parió en Cuba, una de las islas más bellas y cultas del Caribe, situada a escasos 367 kilómetros de la órbita de dominio de los EEUU, su mayor enemigo, un engendro dotado, con la misma genética que la suya, estigma que al cumplir 64 años de vida comunistoide, la sitúa al borde de su muerte, con los mismos síntomas tóxicos que causaron la muerte de su progenitora.
Gracias al legado de supervivencia parasitaria que obtuvo, el régimen comunista de la isla inició su tarea de exportar su ideología, bajo el mismo acrónimo de su mentora: La Unión de Repúblicas Socialistas de Sudamérica (URSS). Esta Isla utilizó distintos métodos de acción, tales como el foquismo, teoría planteada por el “Che” Guevara para crear y exportar focos revolucionarios en otros países, como el Congo en el África o Bolivia, donde providencialmente encontró su fin.
Dicho desenlace apremió la necesidad política de cambiar de estrategia, y fue de esta manera que Fidel Castro sustituyó la vía violenta de exportar su obsoleto sistema, por aquella que los mismos estadounidenses le brindaban en bandeja de plata: “La Democracia del Voto Popular”.
En medio de un continente, donde son más los pobres que los ricos, los feos que los bonitos, los ignorantes que los inteligentes, los ingenuos que los vivos, jamás perdería una justa electoral de éstas, y menos incrementando el padrón electoral de electores, con aquellos echados que yacen en los cementerios. Es más, esta artimaña se lograría modificando los servicios de identificación de estos países, añadiendo los últimos adelantos cibernéticos como garantía y, para ello, era menester la creación de un Foro de naciones, proclives a su ideología, como fue el origen del Foro de Sao Paulo, usando a Lula Da Silva, como cómplice.
La providencia fue exageradamente generosa con el tirano, ya que a escasos días de creada esa entelequia, lo premió con el éxito de su primer experimento en la región, cual fue la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela, creándose de esta manera, el más apetecible sostén económico para su diabólico plan, al cual le siguieron países como Argentina, México, Ecuador, Bolivia, Perú y otros de Centroamérica, que dilapidaron sus propias fortunas ganadas en tiempos de auge, para mantener la supervivencia del manguero y su prole, hasta su muerte.
Finalmente, ante semejante manipulación de nuestros registros de identificación, así como electorales, resulta más que obvia la pretensión del gobierno, de paralizar cualquier iniciativa censal o investigativa, que eche al traste, no sólo el propósito de perennizarse en el poder, sino que pondría en evidencia todos los manejos que postraron a este nuestro país en el más terrible oscurantismo y lo destinaron a seguir irremediablemente los pasos de aquellos que creen y fueron embaucados por el Foro de Sao Paulo; de Puebla: o la resurrección de la URSS.