jueves, marzo 28, 2024
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El Silencio de los Inocentes

Una triste, como conmovedora carta enviada este último fin de semana desde la cárcel pública de San Pedro,  por el presidente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), Freddy Machicado, en la que clama justicia por la insólita suerte que le tocó vivir, porque, siendo inocente, en menos de un día fue apresado, imputado, cautelado y encarcelado, nos indujo a parafrasear el título de la presente entrega, con el de la famosa novela de misterio y terror escrita por Thomas Harris a fines del siglo pasado, y adaptada  con tanto éxito al cine.

A tiempo de reivindicar su condición de ciudadano boliviano, Machicado clama: “Los inocentes no encontramos justicia y un trato justo” preguntando luego: “¿Por qué están libres los que violan las leyes?”, “¿Por qué no hay justicia para el que en verdad comete delitos?”, “Yo también soy boliviano, también tengo derechos, también tengo familia que espera por mí”.

Recordemos que hace diez días, los socios de Adepcoca tomaron el edificio de dicha institución tras un cruento enfrentamiento con el grupo de Arnold Alanes, afín al partido gobernante MAS, en el cual fueron utilizados petardos, dinamitas y bombas molotov. Como resultado de este entripado, el mercado paralelo e ilegal, al no estar debidamente institucionalizado, fue incendiado y varias personas de ambos bandos litigantes resultaron heridas.

Por su enorme similitud con el de Freddy Machicado, dicho episodio nos remonta al triste y célebre caso del exdirigente Franklin Gutiérrez, quien fue encarcelado en el penal de San Pedro por más de un año, al ser acusado de organizar un «grupo armado» que atacó a policías que estaban cumpliendo la función de garantizar las tareas de erradicación de coca excedentaria en la zona, hecho en el que perdió la vida el teniente de Policía, Daynor Sandóval, y otros siete uniformados que resultaron heridos empero, la verdad fue que Gutiérrez cometió el delito de osar competir con el Capo di Tutti Capi chapareño, la candidatura presidencial en las elecciones de 2019 y, como alegó su defensa en esa ocasión, la justicia dedujo como pretexto  que: “La detención fue por verter criterios contrarios que podían subvertir el orden”, subterfugio que emplean cuando en realidad, hasta en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el manifestar inconformidad está considerado como un derecho, como el derecho a la integridad personal, física y moral que establece el artículo quinto de sus estatutos mencionando: “lo tienen retenido por más tiempo de lo establecido, sin opción a defenderse y sin estar conformes lo humillan”. De ahí que providencialmente, la fuga del acusador y expresidente a México salvó a Franklin Gutiérrez de convertirse en un activo fijo de la penitenciaría paceña.

Volviendo al caso Machicado, es imperativo demandar que éste no vaya a parar al cesto del olvido, como el de Franklin Gutiérrez; el de la expresidenta Jeanine Añez; el del líder potosino Marco Antonio Pumari; o como el de algunos otros que marcharon a su irretornable audiencia en la Corte Celestial, como fue el caso de José María Bakovic, Marco Antonio Aramayo, Guillermo Fortún, etc. Todos ellos, por no poseer un cordero para pagar su paso a la libertad, engrosaron esa multitud cuyo clamor se convirtió en el Silencio de los Inocentes.

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