La Constitución Política del Estado manda en el Art. 15 II que “Todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual o psicológica, tanto en la familia como en la sociedad”. El Art. 62 expresa: “El Estado reconoce y protege a las familias como el núcleo fundamental de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades”.
La Ley de la República del 8 de noviembre de 1927, establece el “Día de la madre boliviana”, recordando que el 27 de mayo de 1812 las valerosas heroínas de la Coronilla de Cochabamba, sacrificaron sus vidas por combatir a las tropas realistas españolas. Oportunidad en que se rinde homenaje al ser que da Vida y Amor, que es la Madre Boliviana.
Lamentablemente, NO se cumple la Constitución en sus Arts.15 y 62, porque las muertes maternas y neonatales son resultado de mala atención en hospitales, durante el embarazo, parto y puerperio, lo que es un grave problema de salud y del ejercicio de los Derechos Humanos.
Bolivia tiene los índices de mortalidad materna más altos de la región, más de 1.500 mujeres y niñas mueren cada día por complicaciones con el embarazo y el parto, traducidas en cerca de 550.000 muertes anuales. Y el Estado no responde qué sucedió con los huérfanos/as que sobrevivieron los primeros 28 días, luego el primer año y que ahora posiblemente siguen vivos. En el camino quedaron neonatos y niños/as que fallecieron.
Muchas de las muertes maternas son evitables, ya que las medidas de salud para prevenir o tratar las complicaciones son bien conocidas. TODAS las mujeres necesitan cuidados de alta calidad durante el embarazo, así como durante el parto y después de él. La salud materna y la neonatal están estrechamente vinculadas. Que todos los partos sean atendidos por profesionales de la salud cualificados, ya que la atención y el tratamiento oportunos pueden, tanto en el caso de la mujer como del recién nacido, inclinar la balanza del lado de la VIDA. Es necesario tomar precauciones porque: 1) Las hemorragias graves después del parto pueden matar a una mujer sana en cuestión de horas, si no recibe atención. 2) Las infecciones tras el parto pueden ser eliminadas mediante una buena higiene y reconociendo y tratando a tiempo los primeros signos de infección. 3) La pre eclampsia debe ser detectada y tratada adecuadamente antes de que aparezcan convulsiones (eclampsia) u otras complicaciones potencialmente mortales.
Varios factores impiden que las mujeres reciban o busquen atención durante el embarazo o el parto, como: 1) Fallos del sistema de salud que se traducen en a) una atención de mala calidad, incluidas faltas de respeto, malos tratos y abuso. b) Número insuficiente de trabajadores de salud que, además, carecen de la debida capacitación. c) Escasez de suministros médicos esenciales. d) Escasa rendición de cuentas de los sistemas de salud. Determinantes sociales como los ingresos, el acceso a la educación, la raza y el origen étnico, ponen a algunas subpoblaciones en situación de mayor riesgo. e) Normas de género perjudiciales y/o desigualdades que provocan que no se dé prioridad como es debido a los derechos de mujeres y niñas, incluido su derecho a servicios de salud sexual y reproductiva seguros, de calidad y asequibles. f) Factores externos contribuyen a la inestabilidad y la fragilidad del sistema de salud,
Exigimos: 1) Aborden las desigualdades en el acceso a los servicios de atención de la salud reproductiva, materna y neonatal, así como la calidad de éstos. 2) Garanticen la cobertura sanitaria universal para una atención integral de la salud reproductiva, materna y neonatal. 3) Hagan frente a todas las causas de mortalidad materna, de morbilidad reproductiva, materna y de discapacidades conexas. 4) Fortalezcan los sistemas de salud, a fin de recopilar datos de alta calidad con miras a responder a las necesidades y las prioridades de MUJERES y niñas. 5) Garanticen la rendición de cuentas para mejorar la calidad de la atención y la equidad. ¡No más muertes de madres!
La autora es Abogada-Economista, Exasambleísta Constituyente.