La corrupción en altas y bajas esferas burocráticas del Estado Plurinacional no deja de aumentar, tanto en cantidad como en calidad, pues cada vez se presentan nuevos casos a cual más escandalosos, a tal extremo que la población se encuentra escandalizada y sobrecogida por este problema.
El caso de un ministro del gabinete presidencial no ha podido menos que provocar notable malestar en esferas oficiales y extraoficiales, causando tanta preocupación que el funcionario debió dimitir de su cargo y es sometido a la acción judicial para aclarar en qué consiste la denuncia de cobro de coimas millonarias, a empresas que han conseguido contratos con la entidad estatal que dirigió.
El problema aumenta en magnitud, en momentos en que la corrupción estatal sigue creciendo, atentando contra la moral pública. En efecto, desde hace casi dos décadas, se habla de combatir ese mal endémico; se ha dictado una serie de leyes para ese efecto; se ha enviado a la cárcel a algunos supuestos culpables y, especialmente, se ha pregonado a tambor batiente que la corrupción será erradicada, aplicando las máximas penas, pese a quien pese.
Las campañas contra la corrupción han aumentado progresivamente, pero todo ha quedado en palabras, pues los hechos demuestran que esta pandemia de inmoralidad continúa con más fuerza y no existe vacuna para eliminarla. Parecía que esa lucha contra el virus sería atendida por los funcionarios públicos, pero, al contrario, la enfermedad se ha ido agravando. Se podría decir que la medicina resultó peor que la enfermedad.
Se intenta erradicar el mal con la aplicación de algunas recetas nativas, pero, en vez de que la corrupción desaparezca y deje de propagarse, ha sobrepasado cinco o seis etapas y no hay remedio que la contenga. O por lo menos que la ponga en retirada. La grave dolencia, pese a tratamientos parciales, ha subido de nivel y ya no se encuentra solamente en niveles inferiores y medios, sino en los más altos cargos.
De nada han servido amenazas, como decir que se combatirá el mal “hasta sus últimas consecuencias”, que se sancionará sin contemplaciones, que se aplicará medidas caiga quien caiga, y otras frases hechas. Sin embargo, las prédicas han producido lo contrario y las sanciones se han diluido, porque las medicinas resultaron peor que la enfermedad, la cual ha sobrepasado todos los niveles de control. El hecho de que un Ministro del Estado Plurinacional haya sido denunciado por cobrar millonarias coimas no puede ser producto de las imaginaciones más calenturientas. Así, un encargado de luchar contra la corrupción resultó maestro en la materia. Y no puede dejar de ser objeto de críticas, ya que de lo contrario significaría complicidad con el acusado.
Por ello todo el país observa con asombro una carrera olímpica entre corruptos de círculos de poder del Estado Plurinacional, según recientes denuncias, hecho que merece la atención no solo de abogados y funcionarios honestos, sino de sociólogos, para encontrar la verdadera causa de este estado de cosas que es verdaderamente patológico.
Oficina Central: Calle Loayza No. 118 La Paz Bolivia
Agencia Calacoto: Avenida Montenegro, Galería El Triunfo
Agencia Achumani: Avenida García Lanza No. 15 Calle 9
Agencia El Alto: Calle 1, esq. Franco Valle, Shopping El Alto no. 70 planta baja
Teléfonos: 591 2 2150900 - 591 2 2150901 - 591 2 2150902
WhatsApp Avisos: 591 68211015
Celulares: 591 76580040 - 591 76580041 - 591 76580048 - 591 76580049