En el contexto nacional, Santa Cruz y La Paz siempre han sido consideradas las urbes más competitivas en la economía boliviana. La ciudad de Santa Cruz de la Sierra concentra su actividad en la exploración, explotación, procesamiento y transporte de hidrocarburos, así como la producción agropecuaria y forestal. Por otro lado, la economía de La Paz se basa en la minería, agricultura, turismo y gastronomía, entre otros.
Sin embargo, en la actualidad, El Alto se constituye como un territorio con un gran potencial, con una población en constante crecimiento, debido en parte a la migración campo – ciudad, y un flujo continuo de transporte y comercio, sus principales actividades económicas. Con un posicionamiento prometedor en el mercado nacional, El Alto también se enfoca en el desarrollo de su industria manufacturera, turismo y construcción.
Adicionalmente, El Alto puede generar desarrollo con la economía 4.0, la economía circular, la economía verde, así como con la economía naranja y alcanzar una economía sostenible y dinámica. Después de la pandemia, El Alto ha despertado hacia la tecnología, al comercio y a la apertura de microempresas, pilares que pueden convertirlo en un referente dentro del país como una gran solución a la informalidad de Bolivia, que alcanza a 5 millones de personas.
Según un estudio realizado por la Alcaldía alteña, en 2022 la urbe tenía 1.109.048 habitantes, incrementando su mancha urbana a 400 Km2 (40.000 hectáreas) llegando a zonas que en años pasados eran áreas rurales.
El efecto de la migración campo – ciudad, así como la inmigración de otras regiones del país permitió que El Alto sea constituido como un municipio independiente desde 1985.
Sin embargo, este desarrollo viene aparejado de problemas económicos, culturales y demográficos. Según datos del 2010, a escala nacional, en términos de violencia social urbana, El Alto ocupa el segundo lugar, después de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
La actual alcaldesa de El Alto, señalaba que los problemas de seguridad ciudadana, deficiencia en el sistema de salud y la falta de servicios básicos, son problemas que aún aquejan a la urbe alteña y su plan de gobierno planteaba soluciones estratégicas para enfrentarlas.
Uno de los problemas de El alto es la congestión de vehículos y ciudadanos, por lo que habrá que estudiar el tema vial con opciones como viaductos que permitan un mejor acceso al Aeropuerto Internacional, y que faciliten las actividades diarias, como el acceso a escuelas y fuentes de trabajo.
El problema de transporte público en El Alto es paradójico, pues teniendo avenidas y calles con suficiente espacio para un tráfico fluido, tiene problemas de embotellamiento.
Otra de las desventajas que encara la urbe alteña es el bajo presupuesto, ya que su inversión pública no ha sido incrementada en la misma proporción que en otras regiones del país, motivo por el cual muchas obras no han podido ser realizadas, pese a constantes requerimientos de su población.
Considerando la realidad alteña, debemos reconocer que todo intento de planificación y ordenamiento del territorio con contenido social debe tomar en cuenta los considerados “territorios” de transportistas, gremiales y las juntas vecinales.
A estos problemas se suma el comercio callejero. Una gran cantidad se ubica, con preferencia, en la Ceja y las calles aledañas, muchas de las cuales han sido loteadas por asociaciones de comerciantes. El comercio informal, al día de hoy, tiene principal preponderancia en las calles de El Alto.
Esta ciudad debe aprovechar su estratégica ubicación y hacer realidad el área metropolitana, aprovechar sus conexiones con Chile y Perú, desarrollándose como un puerto seco que coadyuve su interconexión y una sinergia de mercados que fomenten el establecimiento de empresas formales. Asimismo, no podemos descuidar el ferrocarril Arica – La Paz, y dentro el país con los valles, la Amazonia y el extenso altiplano, garantizando un flujo adecuado de sus carreteras, las cuales –por su constante afluencia– son muchas veces perjudicadas por los bloqueos.
En artículos anteriores realizados por mi persona, se planteó la construcción de un Aeropuerto en Viacha con una carretera que esté vinculada con Achocalla, para que el embotellamiento vehicular en la ciudad de El Alto pueda reducirse.
Considerando que el 94% de las unidades productivas asentadas en El Alto son micro y pequeñas empresas, las autoridades deben implementar políticas de apoyo para incrementar la competitividad, así como la empresa privada estará dispuesta a participar en el crecimiento de esta ciudad, aportando experiencia, voluntad y los recursos económicos que demanden muchas obras.
El autor es Economista, doctorado Ph.D. en Relaciones Internaciones.