jueves, abril 25, 2024
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La comedia Los espíritus de la isla transcurre en la guerra civil irlandesa

La comedia Los espíritus de la isla transcurre en 1923, en pleno estallido de la guerra civil irlandesa. La isla ficticia de Inisherin no se ve afectada por la guerra, pero uno siente la tensión del otro lado del mar, en el continente. “Ciertas noches se escucha el ruido de cañonazos y disparos, así que somos muy conscientes en la isla de que hay una guerra civil teniendo lugar”, cuenta Farrell. “Pero también estamos de algún modo a salvo gracias a estar apartados y en un puesto costero remoto”.
La guerra civil irlandesa se libró de 1922 a 1923, tras la guerra de la independencia y el establecimiento del Estado Libre Irlandés, que creó una entidad en una mitad del país, separada del Reino Unido. Dos grupos opuestos, el Gobierno provisional pro-Tratado anglo-irlandés, y la República Armada Irlandesa (IRA) anti-tratado, se enfrentaron para imponer su dominio. Sin embargo, a los isleños de Inisherin no podría importarles menos. “Es gracioso, la gente de la isla parece no querer ni siquiera mencionar lo que ocurre en el continente”, señala Condon. “No les preocupa en absoluto la guerra. Es como que son un pequeño país separado… un pequeño un-poco-de-todo separado”.
Sin embargo, lo que está ocurriendo en Inisherin —la división entre Pádraic y Colm, y las crecientes divergencias entre las otras personas de la isla— es un reflejo de lo que está ocurriendo en el continente. Hay aspectos alegóricos en la división entre estos dos hombres y la división entre ambos bandos en la guerra civil irlandesa, observa McDonagh. “Es una historia en la cual se libra una pequeña guerra entre dos amigos mientras una guerra más grande se está librando allí afuera”.
Gleeson describe la guerra civil como una consecuencia catastrófica que puede surgir de la lucha por la libertad. En el caso del conflicto irlandés, acabó enfrentando a hermanos, y a amigos, entre sí. Históricamente, desencadenó terribles atrocidades.
“Creo que las divisiones que emergen en la isla y la brutalidad de lo que sucede en la película son un reflejo de lo que está sucediendo en el continente. Todos se aferran a sus nimias posturas permitiendo que se exacerben e intensifiquen esas divisiones”, comenta Gleeson.
McDonagh nunca antes había hecho un drama de época y estaba fascinado con la perspectiva de dar vida a ciudades y personajes históricos. “Cuando ambientas una historia en el pasado, eso te abre una infinidad de posibilidades”, comenta.
El hecho de estar ambientada en una época determinada también impide fechar la película con la libertad de una historia moderna. En la película Escondidos en Brujas, el guionista y director intentó no incluir referencias modernas, para crear un entorno atemporal. Tres anuncios por un crimen también parecían tener su propio reloj autónomo. Los espíritus de la isla no se ciñe a los límites rigurosos de la historia. En cambio, establece su propia fantasía autocontenida: un lugar mítico, más salvaje que el continente, con una vena de locura que subyace a su estructura.
El título (Banshee en su idioma original) de la película, por ejemplo, hace referencia a una figura fantasmal de la mitología irlandesa que gemía de noche para presagiar que una muerte tendría lugar. “Si escuchaste resonar su grito –señala socarronamente Farrell– ya es demasiado tarde para ti”.
Si bien no está presentada de manera explícita en la película, la señora McCormick, una anciana de Inisherin, interpretada por Sheila Flitton (El hombre del norte), es la encarnación física de una banshee. “Representa a un siniestro perro guardián de la isla que nunca se involucra físicamente en nada, que siempre observa todo desde afuera”, declara Farrell. “Parece tener algún tipo de sabiduría etérea sobre la vulnerabilidad de las personas. ¿Cuáles son sus puntos débiles? ¿Dónde se los puede atacar? Tiene fascinación por la muerte”.
En la historia, la señora McCormick predice que sobrevendrán dos muertes en Inisherin. “Nosotros como espectadores luego debemos averiguar si eso es cierto”, explica Broadbent. “¿Esta chiflada anciana nos está diciendo algo que contribuirá a nuestra trama o son solo disparates?”.
El título también hace referencia a una pieza de música que el personaje de Gleeson compone durante la película. “A medida que se desarrolla y se va develando la historia, Colm va articulando esta pieza de música en su violín”, señala Farrell. “Yo digo que no hay banshees en Inisherin. Él dice que quizás las haya, pero que no cree que llamen a los hombres a su muerte. Él cree que solo se cruzan de brazos y observan”.

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