Ante la cercanía de la fecha programada por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), para dictar un fallo en la demanda que Chile planteó contra Bolivia por el uso y estatus de las aguas del Silala, el experto en asuntos internacionales, Andrés Guzmán Escobari, sostuvo que a partir de este dictamen, positivo o negativo, el país debe replantear su relación y estrategias para con su vecino, sin dejar de lado las reivindicaciones históricas y asuntos pendientes.
En declaraciones a EL DIARIO, Guzmán aseguró que Bolivia debe modificar el enfoque de las estrategias bilaterales con Chile, sin que este cambio represente olvidar demandas históricas como una justa negociación por un acceso al Océano Pacifico para el país.
“Tras el fallo, sea este positivo o negativo, lo que Bolivia debe hacer es replantear su estrategia hacia Chile, sin abandonar los objetivos históricos sobre asuntos pendientes”, sostuvo.
El especialista enfatizó en que las estrategias aplicadas por el país, hasta el momento, no han surtido los efectos esperados, pues no se ha logrado obtener victorias fruto de las acciones ejecutadas. Por ello, se tienen que descartar más posibilidades jurídicas, al no existir espacio para nuevos juicios contra el vecino país.
Por ello, es necesario apelar a nuevas actitudes en el campo de las relaciones bilaterales, recurriendo en caso de ser necesario, a la presión en espacios multilaterales, acciones que anteriormente han sido efectivas para la solución de controversias en el ámbito internacional.
“Si de algo estamos convencidos a lo largo de la historia es que este tema se tiene que resolver de manera bilateral a través de una negociación, pero para llegar a eso existen mecanismos de presión multilateral en foros internacionales para lograr que se abran negociaciones como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia”, expresó Guzmán.
Este cambio en el enfoque de las estrategias, además debe cumplir con abandonar posturas cerradas como ha venido ocurriendo a lo largo del tiempo. “El concepto de soberanía es precisamente el escollo principal, Chile dice que no va negociar su soberanía, mientras el país exige una salida soberana al mar. Hay que dar una vuelta al concepto y no plantearlo en términos absolutos como ha hecho Bolivia en varias oportunidades, sino en términos relativos”, dijo.
Agregó que se debe apelar a conceptos en los que el país no salga con las manos vacías, sin que el entendimiento y la aproximación a lo demandado hagan imposibles las negociaciones, “por estar encaprichados con una soberanía plena y absoluta”.
“Hay que buscar términos más aceptables para Chile y también tener en cuenta los intereses del Perú en este tema”, finalizó.
El pasado 11 de noviembre, la Corte Internacional de Justicia de La Haya, notificó a los agentes de Bolivia y Chile informando que el fallo final sobre la demanda por el “estatus y uso de las aguas del Silala”, será emitido el 1 de diciembre del año en curso.
Este proceso inició el año 2016, con la presentación la demanda chilena contra Bolivia en la que se pide a esta Corte, declarar al Silala como un curso de agua internacional cuyo uso debe ser “razonable y equitativo”.
En agosto de 2018, Bolivia presentó una contrademanda en la que solicita a la CIJ declarar su plena soberanía sobre los canales artificiales y los mecanismos de drenaje instalados en territorio nacional, además del derecho soberano a decidir sobre el futuro de estas obras artificiales.
En el mes de abril de este año, se desarrolló la fase de alegatos orales, donde los equipos jurídicos y técnico-científicos contratados por ambos países expusieron los estudios que sustentan sus respectivas demandas.