Desgraciadamente, información que procede de Pakistán refiere, conforme estadísticas al 22 de octubre, que se trata de niños carentes de alimentos y a punto de fallecer por inanición. Menores que, como en muchos países del mundo, se encuentran necesitados de alimentos, muchos con madres que no tienen leche para sus bebés lactantes y la mayoría carece hasta de lo más necesario y cuyos padres viven la angustia de verlos en vísperas de morir, mientras el mundo que los rodea vive las consecuencias de la pobreza que lacera desde hace muchos años.
Pakistán es ejemplo de lo mucho sufrido por la mayoría de naciones del Cuarto y Tercer mundos, que se añaden a lo peor que aún ocurre en naciones del subdesarrollo.
Entretanto, enorme cantidad de dinero se lo malgasta en compra de armas, con el objetivo de equiparse más para matar y morir, con hombres entrenados que hacen frente a las balas. Es una existencia hostil que no deja espacios para la vida, cuyos descendientes no tienen medios para vivir en lugares cuyas características son idénticas a las del segundo, tercero y cuarto mundo.
Cuán amarga y complicada es la vida de los que quieren vivir, amar y cuidar a sus semejantes, velar por mejores condiciones de vida, cumplir con los mandatos de Dios de cuidar y preservar a los hombres y hacer que la paz y la concordia entre todos sean realidad permanente. Pero hombres que podían dirigir al mundo por caminos ciertos de vida, por su soberbia prefieren el estallido de las bombas y esperan que cada día haya más muertos para añadir lágrimas y dolor al mundo.
¿Cómo entender a un mundo que se ama y se espera mucho de él para bien de la humanidad? ¿Qué se puede esperar de dirigentes que solamente saben de odios, rencores, ambiciones y ansias de conquista de bienes que ya tienen en demasía, pero querrían más, agregados a lo mucho poseído? ¿Qué se puede esperar de corazones que solo saben de rencores y guerras, que querrían más enfrentamientos en pos de regueros de sangre por causa de heridos y muertos que causan las bombas, los misiles y las formas más viles de matar?