martes, abril 23, 2024
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Zabala vivió su mala hora en Bolivia y dejó el fútbol

Aquella tarde de marzo de 1994, antes del partido entre The Strongest e Independiente Petrolero en el estadio “Hernando Siles” de La Paz, el delantero paraguayo Osvado Zabala que vestía la camiseta roja de los visitantes, jamás se imaginó que su carrera deportiva estaba a punto de concluir.
Registros televisivos guardan el momento de aquel ataque por izquierda que enfrentó a dos paraguayos, Miguel Gariazu, arquero local y Osvaldo Zabala atacante visitante. Un choque fortuito entre los dos lesionó de gravedad al meta; mientras que el otro, luego del impacto, se puso de pie y comenzó a pedir auxilio para que los médicos atiendan a su compatriota.
Entretanto el arquero “atigrado” era trasladado de emergencia a la clínica más cercana, el vestuario de Independiente estaba siendo invadido por policías que trasladaban al joven Osvaldo Zabala hasta las celdas de la Fuerza Especial Contra el Crimen. Era la primera vez en la historia de nuestro fútbol que por una jugada fortuita, un deportista era puesto tras las rejas.
Luego, tal como flashes de una película de terror, Zabala estaba sentado en una esquina del camarín, luego era ingresado en una patrulla aún con el uniforme puesto, en seguida, en la comisaría en medio de la muchedumbre de hinchas, sus compañeros y su entrenador, Ovidio Messa; quien a gritos pedía entrevistarse con el Fiscal de turno, para explicarle que el jugador no tuvo mala intención, que solo quería meter un gol y le pedía que lo dejara libre.
Casi a ruegos, el D.T., en aquella ófrica delegación de la calle Sucre del casco viejo paceño, solicitaba que el periodismo ingrese a su reunión con la autoridad competente para que quedase patentado aquel ingrato momento. Mientras, Osvaldo, custodiado, casi no hablaba. Tenía la cabeza gacha y lloraba.
Aquella noche y siete más durmió en las celdas de manera preventiva. Afortunadamente, su compatriota Gariazu recuperó luego de una intensa y peligrosa intervención quirúrgica en la cabeza. Luego, el mismo afectado relató lo que aconteció y dejó sentado que “fue un lamentable accidente en el que su contrincante no tuvo mala intención”. Esta acción hidalga, noble y solidaria del arquero de The Strongest fue reconocida hasta por el propio Secretario General de Deportes- de por entonces-, don Rolando Aguilera.
A partir de que la Policía Boliviana puso en libertad al futbolista y que éste fuera a visitar a Gariazu que se encontraba internado, nadie más en Bolivia supo qué fue de la vida de Osvaldo Zabala.
Veintiocho años después, desde Luque (Paraguay) accedió a hablar de este tema, de manera exclusiva para Retro Fútbol de Deportes EL DIARIO.
“Realmente me impactó ese incidente, entonces, la directiva de Independiente Petrolero me habló para que me quede en el equipo, pero yo decidí volver a Paraguay antes de que concluya el campeonato porque ya no me sentía a gusto, no solo en Bolivia, si no conmigo mismo. Ese accidente me marcó la vida, me sentí mal. Yo estaba recién casado, mi señora ya no se sentía bien en Sucre, nos dimos cuenta que ya habíamos perdido la seguridad que teníamos a un principio- a nuestra llegada a Bolivia- y entonces me alejé, no solo que volví a mi país, si no que me alejé del fútbol también. Aunque un año más jugué de manera amateur, desde entonces me dediqué enteramente al comercio, rubro en el que gracias a Dios me va muy bien. Ahora pienso que son circunstancias de la vida que me grabaron el destino y aprendí que lastimosamente son situaciones del fútbol que le pueden ocurrir a cualquiera”, comenzó a recordar.
Según publicaciones de prensa del Paraguay, Zabala actualmente es propietario de un negocio de flores, pero siempre está pendiente del fútbol y a sus casi 56 años, es un residente muy respetado en Luque, ciudad ubicada en el departamento Central de aquel hermoso país.
“Como todos saben, ahora Miguel Gariazu radica en La Paz, después del ingrato incidente, hemos hablado muchas veces y tenemos una relación de amistad, pese a que nunca más volví a Bolivia. Lo que ocurrió no significa que seamos enemigos, al contrario. Miguel jugó con mi hermano (César Zabala, desaparecida exfigura del seleccionado paraguayo de fútbol que participó en el Mundial México´86), por lo tanto, es amigo, será mi amigo por siempre”, expresa Osvaldo, quien tiene un rasgo de personalidad muy amable, inspira confianza y es considerado con los demás. Posee el fútbol en sus venas, lo que hace que tenga muchos amigos, porque este deporte es uno de sus principales temas de conversación y es parte de su vida.
“Los fines de semana seguimos los partidos del fútbol paraguayo e internacional con mi familia, es parte de nuestra vida”, dice.
“Cada Miguel (Gariazu) llega a Luque y nos encontramos, nos saludamos con afecto. Recuerdo que su padre fue mi profesor de colegio a quien respeto mucho por esa razón y puedo decir que actualmente tenemos una relación espectacular”, remarca.
Asegura que desde que pisó el suelo boliviano allá por el año 1993, siempre fue feliz, agradece a Sucre donde tuvo lindas experiencias, “teníamos una cancha hermosa, con grandes compañeros. Clasificamos para la Conmebol, me sentí a gusto, muy feliz y la pasé muy bien”, puntualiza.
“Pero el momento que me recuerdan no fue tan feliz, realmente y lastimosamente fue una de las cosas que trae el fútbol. No estaba en mi mente que esto ocurra. Aconteció una desagracia. Todo el mundo se dio cuenta que fue un accidente, fueron muchos días e incluso años que me han marcado porque después salí de Bolivia. Lastimosamente Miguel llevó la peor parte. Pude haber sido yo, gracias a Dios estoy bien y mi amigo salvó la vida”, agrega.
Zabala que dejó el fútbol profesional de manera prematura, a los 27 años, recuerda que comenzó su carrera en el Deportivo Luqueño a los 13, en las divisiones inferiores (dos categorías), luego pasó a la Juvenil. Militó en Olimpia y Río de la Plata (Paraguay), FC Clur (división B de Suiza) un año. Posteriormente llegó a nuestro país, donde jugó en el club Bolívar cuando era entrenador Carlos Sanabria, “jugué con grandes futbolistas que fueron la base de la selección mundialista de 1994, ese fue uno de los honores que me dejó mi paso por Bolívar”, asevera.
Posteriormente integró Independiente Petrolero de Sucre, dirigido entonces por Ovidio Messa, “ (…) allí fui feliz porque salimos campeones. Siempre me desempeñé como delantero zurdo, antes se jugaba con una o dos puntas, gracias a ello marqué muchos goles para el representativo de Sucre.”, rememora.
El entrevistado opina que el fútbol le dio muchas cosas, aunque fue una carrera muy corta, asegura que supo aprovechar ese tiempo. “Para llegar al estrellato se necesita mucho sacrificio. El jugar y divertirse es lo mejor para un ser humano”, reflexiona.
“Yo creo que fui exitoso como futbolista, pese a ese desagradable incidente y estoy convencido que fue porque me marqué metas, yo comencé con grandes jugadores como José Luis Chilavert, también en mi carrera llegué a jugar con Saturnino Cardozo y fue un honor compartir equipo con los grandes futbolistas bolivianos que fueron al Mundial Estados Unidos ’94 y en Suiza lo mismo, hice ‘buena letra’, he jugado buenos partidos, pero lamentablemente tuve que dejar el fútbol muy joven (…), son cosas que uno debe saber sobrellevar, así es la vida”, lamenta.
Finalmente expresa que tiene el deseo de volver a Bolivia para visitar a sus amigos, afirma que “ese pasado nunca se puede olvidar”.
“A pesar de las adversidades, los seres humanos tienen que salir adelante”, concluye.

 

FICHA

Nombre: Osvaldo Zabala Fernández
Lugar de nacimiento: Luque (Paraguay)
Fecha de nacimiento: 16 de noviembre de 1966
Actividad Actual: Comerciante
Familia: Mary Gonzales (esposa) Alma Jazmín, Fiorella Ayelen , Dulce Sofía (hijas)

GHILKA SANABRIA PRADEL

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