Narcos asesinos, complicidad y millonaria fortuna

El millonario beniano Misael Nallar se encontraba al mando de los supuestos colombianos que asesinaron, el martes 21 de este mes, a los sargentos policiales Eustaquio Olano y Alfonso Chávez y a José Candia, parapolicía voluntario (GACIP). Recientes revelaciones de los fiscales asignados al caso informan sobre muy claros contactos digitales entre los colombianos, y nada menos que con el mayor Álvaro Muñoz Mejía, Jefe del Grupo de Inteligencia (GIOE) y con el capitán Rubén Aparicio de la FELCN, tema muy grave, ya que los mecanismos importantes y principales de la Policía Nacional estarían comprometidos con el narcotráfico. Similares descubrimientos no parecen haber impresionado mucho a las autoridades del Ministerio de Gobierno, del cual depende la Policía.
Ante esta situación, o se lucha en profundidad contra el narcotráfico o nos resignamos a seguir el camino de un Estado víctima irremediable de este flagelo, pero de por medio habría un grado de complicidad por recientes hechos, aunque el Ministerio Público se limita a conocer las denuncias y no hace el trámite correspondiente. Una vía fácil de penetrar las cadenas y enlaces de este ilícito de décadas es mirar a las familias y clanes de los narcos criollos a partir del miembro puesto en evidencia. Se dio a conocer que el padre del ahora investigado era uno de estos delincuentes más buscados en los años 80. Asimismo, M. Nallar tiene por suegro al famoso Einar Lima Lobo, de alto grado policial e incluso Jefe de la FELCN de Santa Cruz, quien requerido por la Justicia brasileña fue sentenciado a 14 años de prisión. Nallar está casado con una de las hijas de Lima Lobo.
Más de un clan de este tipo tiene origen y base en el Beni, donde las poblaciones los conocen y también les confían cargos electivos. Por temor a represalias no los ponen en evidencia. No sería raro que el capturado sea un testaferro o “palo blanco” de su suegro, lo que en parte explicaría su enorme fortuna. Entre sus bienes hasta ahora conocidos, figura la lujosa hacienda Bendita y más de una decena de otros inmuebles. Además, es dueño de unos 30 cuadratracks y de un hangar de aviones.
Consumado el crimen, Nallar habría urgido a sus secuaces a comunicarse con un oficial de la Policía, encargado de “dar solución” al hecho, es decir a taparlo y encubrirlo. He ahí la posible prueba de este expandido ilícito en el interior del Verde Olivo. Carlos Romero, ex Ministro de Gobierno, hizo conocer que Lima Lobo mantenía vínculos con los cárteles colombianos y con el Primer Comando de la Capital (PCC) del Brasil.