En la historia del país, casi siempre ha sido difícil reconocer los saldos dramáticos que nos dejaron los grandes y graves problemas vividos y lo difícil que se hace encarar los remedios; pero, esta vez, pasado el caso del coronavirus –que se espera para el mediano plazo– y dadas las experiencias vividas, se tiene la esperanza de que el pueblo reaccionará con la voluntad necesaria para encarar lo que haya que hacer. Por los dolores sufridos por muchas personas, debido a la pérdida de seres queridos y muchos otros en clínicas y hospitales, pendientes de recuperarse de graves heridas, la población parece haber tomado conciencia de lo que se ha vivido, dada la magnitud de lo sufrido y perdido.
La frase “resignación y constancia” (con estilo militar) ya no cabe en las circunstancias que ahora toca vivir y encarar con lo que se deba hacer, que no será poco. Cada quien deberá asumir, con voluntad y valentía su rol en la etapa de recuperación y no arredrarse ante las dificultades y los sufrimientos que trajo la contundencia del virus. Ahora se espera trabajo, entrega de cada uno, el aporte con propuestas y actitudes que reflejen sinceridad, amplitud y responsabilidad ante las desgracias que sufren familias, y problemas que agobian a entidades públicas y privadas. Por ello es importante no estar solo atenidos a lo que el gobierno haga.
Las autoridades deberán cumplir con su parte, especialmente obrando con austeridad, evitando nuevas contrataciones de personal, prescindiendo de personal inútil que pudo haber alojado “el partido” en las dependencias públicas. Se deberá evitar viajes inútiles de los burócratas y disponer que los miembros del cuerpo diplomático cumplan sus obligaciones y para lo que las autoridades deberán ser muy precisas en las encomiendas que deben cumplir en el exterior. Si el gobierno incumple la parte de responsabilidades que le corresponde, poco se deberá esperar de otros sectores.
El drama sufrido supera lo que se haya padecido en el pasado y, por ello mismo, el acopio de voluntad, energía y decisión de toda la población debe ser importante, sin esperar que otros cumplan la parte que se nos ha encomendado.
Contaminación del universitariado
La dirigencia en general se encuentra desvirtuada, pero de modo particular las dirigencias sociales. La universidad y sus estudiantes deberían...