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Salud

Cómo prevenir el edema macular diabético



El tratamiento oportuno ha demostrado que la disminución de agudeza visual se puede revertir en una proporción importante en la mayoría de los casos.
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La Diabetes, constituye una enfermedad crónica, que resulta de la incapacidad del organismo para regular los niveles de azúcar en la sangre, condicionando la elevación descontrolada de la misma (hiperglicemia), lo cual produce daño en muchos órganos y sistemas, en especial a nivel de los nervios y vasos sanguíneos que los componen.

La diabetes puede afectar la función visual, produciendo cambios estructurales y funcionales, que incluyen: cambios de la medida en los lentes, catarata, retinopatía diabética y el edema macular diabético. Sin embargo, la Retinopatía Diabética y el Edema Macular Diabético son indudablemente los más serios, pues implican un riesgo significativo de la disminución en la agudeza visual, en ocasiones irreversible, si no son tratados oportunamente.

Conscientes de la importancia de este tema, Bayer Boliviana Ltda., junto a los reconocidos oftalmólogos especialistas, Sergio Murillo y Alejandro Olguín, exhortan a la población, en esta ocasión, a conocer más sobre el Edema Macular Diabético, con el objetivo de poder beneficiarse con información acerca los cuidados, medidas preventivas y alternativas de tratamiento, actualmente recomendadas.

Para el médico Sergio Murillo, de la ciudad de La Paz, especialista en oftalmología y subespecialista en enfermedades del vitreo y la retina, es importante puntualizar los conceptos de retinopatía diabética y el edema macular diabético (EMD):

Retinopatía diabética

La retinopatía diabética representa la expresión de la diabetes, en la retina (la membrana interna más delicada del ojo), resultante de los daños que genera a nivel de los vasos sanguíneos y la circulación sanguínea en la misma. El Edema Macular diabético (EMD) a su vez, es una de las formas en las que la retinopatía diabética se manifiesta -como resultado de la mencionada alteración en la estructura y funcionamiento de los vasos sanguíneos- al generar inflamación y acumulación de líquido en la mácula, que es la parte central de la retina, responsable de la agudeza visual central. El edema macular diabético entonces, afecta invariablemente la agudeza visual central, reduciéndola (visión borrosa), o afectando su calidad, al generar distorsión/deformación (metamorfopsias), o “manchas o sombras” que se interponen (escotomas) en la misma.

“La agudeza visual central, es la visión del detalle, y al deteriorarse, afecta seriamente todas las actividades que dependen de la misma, como la lectoescritura, el reconocimiento facial, conducción de un vehículo y otras tantas que son imprescindibles tanto para la vida laboral, como para la cotidiana. Tal disminución, en cantidad y/o calidad, puede tornarse irreversible, o dejar secuelas con déficit profundo, si no es controlada y resuelta oportunamente” resalta Murillo.

A medida que la enfermedad avanza, suelen progresar la reducción de la capacidad, y acentuarse la distorsión y pérdida de sectores de la imagen central, e incluso afectarse la discriminación de los colores. Por eso, es importante que las personas que padezcan diabetes, no esperen a tener síntomas para realizarse los controles regulares de visión y detectar si padece retinopatía diabética y/o edema macular diabético.

Edema macular diabético

Para el profesional Alejandro Olguín, especialista en oftalmología en la ciudad de Cochabamba, algunos de los factores que influyen en la aparición y evolución del EMD son un mal control glicémico que puede adelantar el inicio de presentación de la enfermedad. Otros factores que predisponen su aparición son: hipertensión arterial sistémica, dislipidemia (niveles altos de colesterol y triglicéridos) y afección de los riñones secundario a la Diabetes Mellitus (nefropatía diabética).

Existen diferentes tipos de tratamientos para el edema macular diabético, dependiendo de sus características particulares, incluyendo diversos tipos de láseres, y aún cirugía en casos selectos. Sin embargo, el más efectivo – y referencia a nivel mundial- en la gran mayoría de los casos, es hace más de una década, la inyección intraocular (intravítrea) de fármacos antiangiogénicos.

“Los denominados antiangiogénicos, son agentes farmacológicos, de naturaleza química o biológica, capaces de modular el efecto de sustancias químicas (angiogénicas) que produce nuestro organismo en varias enfermedades (incluida la diabetes) y que promueven la inflamación, mal funcionamiento de los vasos normales, y eventualmente formación de vasos anormales. Inyectados dentro del ojo, bloquean estas sustancias, logrando detener la progresión del edema macular diabético y revertirlo parcial o totalmente, mejorando la agudeza visual de forma significativa. Se ha descrito también en edemas maculares que no responden a antiangiogénicos, el uso de corticoides intraoculares de liberación sostenida como terapia de rescate o terapia coadyuvante con buenos resultados, pero con una mayor probabilidad de efectos adversos”, resalta Murillo al hablar del tratamiento de EMD.

En nuestro medio, Bayer, hace siete años, pone al alcance de la comunidad médica oftalmológica nacional -con el respaldo de evidencia provista por estudios científicos, y aprobación de las entidades regularadoras pertinentes- la opción de tratamiento antiangiogénico de la retinopatía diabética y el EMD con Aflibercept.

Murillo explica que Aflibercept, es una proteína de fusión recombinante que actúa como un receptor señuelo, uniéndose a las isoformas A-D del VEGF (factor de crecimiento vascular endotelial) y al PIGF (factor de crecimiento placentario), ambos, importantes factores angiogénicos, previniendo la unión de estas a sus receptores (VEGF-R1) y produciendo su inactivación. Es el único antiangiogénico que actúa sobre ambas sustancias proangiogénicas, lo que explica la obtención de mejores resultados visuales y anatómicos en edema macular diabético. Estudios multicéntricos, han comprobado su seguridad y eficacia, demostrando superioridad en cuanto a ganancia de agudeza visual y disminución del EDM -comparado con otros antiangiogénicos- en el primer año de tratamiento, además de un menor número de inyecciones al año, que se mantuvo estable.

La efectividad de este tratamiento, ha demostrado que la disminución de agudeza visual se puede revertir en una proporción importante en la mayoría de los casos, dependiendo de la severidad y el tiempo de evolución, siendo relevantes tanto la detección temprana e inicio oportuno de la terapia, así como la constancia en el seguimiento y tratamiento a lo largo del tiempo.

Finalmente, Olguín destaca que en el caso de los diabéticos tipo 1, está recomendado efectuar el primer control oftalmológico dentro de los primeros 3 a 5 años de diagnóstico. En los diabéticos tipo 2 se debe realizar el primer control al momento del diagnóstico que todo paciente diabético con más de 10 años de evolución de la enfermedad debe realizarse control oftalmológico cada 6 meses. Por otra parte, en pacientes diabéticos con buen control glicémico y con un tiempo de evolución de la Diabetes menor a 10 años, el control debe ser anual.

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