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Testimonio desde el terreno, Covid-19

Susana Gutiérrez


Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización médica y humanitaria internacional que ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política, en los últimos días ha volcado toda su atención a las víctimas de la nueva enfermedad por coronavirus, Covid-19.

En Italia, MSF apoya a tres hospitales en el primer epicentro del brote en el norte, con equipos que trabajan en el control de infecciones, atención remota de pacientes y alcance, e instalaciones para ancianos en el centro de Italia.

La médico Chiara Lepora, coordinadora del proyecto en Lodi, al norte de Italia, relata sobre la conmovedora labor que viene cumpliendo un equipo de personas desplazadas en Lombardía,

“Tenemos un equipo de alrededor de 25 personas trabajando aquí en la región de Lombardía, particularmente alrededor de los hospitales en Lodi, Codogno y Sant'Angelo. El sistema de salud aquí es muy avanzado, pero el virus ha superado todos los intentos de lidiar con el creciente número de casos. Los hospitales están en su límite. En la sala de emergencias del hospital de Lodi ahora hay ochenta camas. Sin embargo, incluso con esa capacidad adicional, la única forma de referir a un nuevo paciente es si otro paciente se recupera o muere”, sostiene la profesional.

Su trabajo principal consiste en brindar apoyo al personal médico dentro de los hospitales. “Estamos haciendo todo lo posible para mantener sanos a los médicos y enfermeras, porque si se enferman, no habrá nadie para tratar a los pacientes. Tenemos mucha experiencia en la prevención y el control de infecciones por las epidemias que enfrentamos en todo el mundo, por lo que estamos ayudando a crear vías y procesos dentro de los hospitales para garantizar que el personal esté protegido contra las infecciones y que las personas que no están infectadas no se infecten”, dice Lepora.

El testimonio de la profesional destaca que todo el equipo está en una curva de aprendizaje difícil con esta enfermedad. “Tenemos un especialista en enfermedades infecciosas, un anestesiólogo y un experto en medicina de emergencia que trabajan codo a codo y aprenden de los médicos del hospital que participaron en la respuesta desde el principio. Los médicos y enfermeras aquí han estado a la vanguardia de la epidemia y han desarrollado una capacidad clínica que es extremadamente valiosa. Podemos aprender de ellos para estar mejor preparados para combatir esta enfermedad en otros lugares. Ya hemos visto nuevos enfoques de diagnóstico, como el uso de ultrasonido en lugar de rayos X para el examen pulmonar, que está resultando mucho más simple”.

Fuera de los hospitales, dice que están realizando actividades de divulgación dentro de la población, trabajando con médicos generales y médicos de familia para ayudar a tratar a las personas en sus hogares y en hogares para ancianos. Como todos los hospitales han alcanzado su capacidad, no hay más remedio que tratar a algunos pacientes con síntomas menos graves en el hogar. Tener neumonía es grave en el mejor de los casos, por lo que tratarla en casa conlleva dificultades adicionales.

Según el relato, todos están colaborando con las autoridades sanitarias locales en el uso de un servicio de telemedicina y televigilancia para controlar a los pacientes y su saturación de oxígeno para intervenir rápidamente si su situación se deteriora.

Todos están trabajando más allá de sus límites. Ha sido increíble ver a personas trabajando todo el día, tratando de adaptarse, tratando de aprender, tratando de colaborar para salvar tantas vidas como sea posible, todo mientras se enfrenta a tanta muerte, comenta la Coordinadora.

Hay una pequeña panadería cerca de la entrada del hospital de Lodi. “Ayer me puse a hablar con la panadera. Abre desde las 5 en punto de la mañana para poder dar un café y un pan dulce al personal médico que viene del turno nocturno. Ella me dijo que muchos médicos y enfermeras toman su café y luego se sientan en un rincón y comienzan a llorar. Lloran allí para que puedan sacarlos del camino y luego puedan irse a casa y cuidar a sus familias y no mostrar lo difícil que es”, sostiene el desgarrador relato.

“En una crisis como esta donde las necesidades son abrumadoras, se deben tomar decisiones difíciles. Como MSF lo sabemos muy bien por las situaciones críticas que enfrentamos en todo el mundo. Continuaremos brindando asistencia aquí durante el tiempo que sea necesario. También nos estamos preparando para intervenir en otras áreas y regiones, incluidas aquellas donde la pandemia apenas está comenzando y donde las medidas de prevención pueden tener un gran impacto”, concluye la versión de la profesional.

 
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