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Policía ebrio activó granada

Niño de 8 años se debate entre la vida y la muerte

> El autor, el subteniente de Policía Tomás Mamani fue detenido preventivamente y enviado a la cárcel de San Pedro. En el traslado a juzgados, la Policía le dio resguardo especial. La víctima, un niño de apenas 8 años, tiene 100 días de impedimento


LA MADRE DEL NIÑO AFECTADO LLORA DESCONSOLADA EN PUERTAS DEL TRIBUNAL DEPARTAMENTAL DE JUSTICIA.
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Tiene tan solo ocho años de vida. El niño de iniciales A.E.C. cursa el tercero de primaria en una céntrica unidad educativa de la ciudad de La Paz, fue a visitar a sus primos para jugar con ellos aprovechando sus vacaciones escolares y no volvió a su hogar. Ahora, su cuerpo yace en terapia intensiva con diagnóstico reservado en el Hospital Materno Infantil, producto de la explosión de una granada de gas lacrimógeno que el subteniente de Policía Tomas Mamani, borracho y violento, activó en un domicilio particular.

Con lágrimas en los ojos, la madre de A. E. C., en contacto con EL DIARIO, relató el calvario que le tocó vivir a su familia desde el pasado viernes, cuando su cuñada se comunicó con ella para darle la trágica noticia.

Su hijo intentó salvar su vida saltando del primer piso de una casa, tras la explosión de una granada de gas, según el testimonio de la madre del menor de 8 años que fue a visitar a su tío y a sus dos primos, quienes también fueron afectados por el agente químico que es empleado por la Policía para dispersar conflictos sociales.

La detonación de la granada provocó temor entre los tres niños quienes se encontraban jugando, aprovechando sus vacaciones escolares. Al sentir la explosión de la granada, los menores intentaron escapar de los efectos del gas, dos fueron rescatados por un vecino. Sin embargo, A. E. C. ante la desesperación y el miedo decidió saltar al vacío. La caída le ocasionó varias heridas en el cuerpo y un golpe fatal en el cráneo.

La madre explicó que el niño que se encuentra en terapia intensiva, internado en el Hospital Materno Infantil, de La Paz.

“Solo pido que mi hijo se recupere, los doctores nos dijeron que esperemos 72 horas, para ver cómo evoluciona (el tratamiento después de) el golpe. Está con sondas en la cabecita”, declaró desolada.

En tanto, el padre de los dos menores que escaparon de la habitación, relató que el policía Mamani se encontraba en estado de ebriedad cuando de manera agresiva provocó el accidente. Aseguró que no es la primera vez que el sindicado actúa de esa manera.

“Él (policía) ocupó el anticrético de su padre fallecido, es agresivo y violento, no es la primera vez que amenaza a la gente y llega borracho”, aseguró el familiar, quien se encontraba desconcertado al ver cómo el aprehendido era escoltado y trasladado en una patrulla hasta celdas judiciales.

Los medios de comunicación intentaron conocer la versión del imputado, quien además de acogerse a su derecho de guardar silencio se resguardó con sus escoltas policiales para evitar dar mayor información del hecho.

El fiscal de turno, Ronald Chávez informó que después de tres horas de la audiencia de medidas cautelares del subteniente, el Juzgado Primero Anticorrupción determinó enviarlo con detención preventiva a la cárcel de San Pedro de La Paz, por el presunto delito de homicidio en grado de tentativa.

A pesar de la determinación judicial, familiares de las victimas pidieron garantías para A. E. C. y sus padres, quienes temen ser agredidos por los familiares de Tomás Mamani.

Según los testimonios del tío de A. E. C., el subteniente tiene más munición policial escondida en su vivienda, material con la cual amedrentó en más de una ocasión a los vecinos. Sin embargo, el fiscal de turno Chávez informó que solo se encontró dos granadas en la vivienda, una de ellas detonada.

Un exjefe policial, quien pidió mantener su nombre en reserva, explicó a este medio que la conducta del subteniente puede ser sancionada tanto por la vía penal y administrativa, en esta última, inclusive con la baja definitiva del uniformado.

Agregó que tanto los agentes químicos y otras municiones son controlados por el Furriel (encargado de municiones) y el Comandante de cada unidad policial.

Añadió que ahora le corresponde a la Dirección Departamental de Investigación Interna (Didipi) investigar cómo Tomás Mamani obtuvo la munición, la trasladó a su casa y por qué la manipuló estando fuera de servicio. “Es un delito portar ese tipo de armas de manera particular”, afirmó el entrevistado.

 
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