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De alta montaña

Bofedales en Hampaturi de agua en peligro de extinción

Todavía se tiene que realizar más estudios para analizar los bodefales de la zona para tener en detalle sobre el volumen de agua que ingresa y el que sale


Una de las investigadoras cumple con la colecta de especies en los bofedales.
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Los bofedales de alta montaña de Hampaturi son ecosistemas formados por un tipo de vegetación que puede retener agua, son almacenadores de carbono en su turba subterránea y fuente de alimento para los animales, pero un estudio científico sobre su calidad ecológica evidenció que pueden extinguirse en las siguientes décadas.

Varios estudios relacionados a la ecología de los bofedales revelan su alta dependencia del agua y por tanto su fragilidad en un contexto de alta variabilidad climática o de cambio climático.

INVESTIGACIÓN

Un grupo de investigadores de la Universidad Mayor de san Andrés (UMSA) evidenciaron que en la zona de Hampaturi muchos bofedales no están en buen estado de conservación, a partir de estas observaciones se formula la premisa: "Conservar los bofedales es conservar agua y el agua es vida", el cual da pie a la propuesta del estudio denominado "Valoración ecológica de bofedales altoandinos de la cuenca Hampaturi - Palcoma", que forma parte del municipio de La Paz.

"Se realizó un modelo climático que, lamentablemente, proyecta la desaparición del glaciar de la subcuenca Kairuni en Hampaturi para el 2050, si el modelo se cumple, la permanencia de los bofedales cercanos a los glaciares también se ve comprometido", dijo la bióloga Eliana Quispe, quien forma parte del equipo.

El grupo científico estuvo liderado por los investigadores de la Unidad de Limnología del Instituto de Ecología de la Universidad Mayor de San Andrés, con la participación del Instituto de Hidráulica e Hidrología (IHH) y un economista docente de la Universidad Católica Boliviana (UCB).

ECOSISTEMAS

La bióloga explicó que los estudios demuestran que estos ecosistemas actúan como “esponjas” que retienen agua y que la liberan en época seca, también funcionan a manera de filtros que pueden retener los sedimentos que llegan con el agua de los propios glaciares. En relación a su importancia, es una fuente de forraje.

“Las parcelas experimentales que se implementaron con el proyecto, permitieron obtener una lista de especies que son fuente de alimento para el ganado ovino y camélido, que son criados el lugar”, agregó.

Respecto a la capacidad que tienen los bofedales para almacenar el carbono del aire, la investigadora detalló que, en la turba subterránea de la vegetación, se almacena carbono y existe una diferencia de acumulación. Ejemplificó que la unidad de vegetación dominada por Oxichoe andina almacena alrededor de 80 por ciento de carbono en sus tejidos, a diferencia de Werneria apiculata que almacena alrededor del 18 por ciento.

“OASIS” DE ALTA MONTAÑA

Según la bióloga Ana Julia Flores, que también conformó el equipo de investigación, estos ecosistemas se constituyen en un “oasis” de alta montaña, pero están en peligro de extinción porque dependen del agua.

“Existe una variación en el régimen de precipitaciones pluviales y el deshiele de los glaciares cada vez es menor, porque los glaciares están reduciendo”, aseveró Flores.

Explicó que en el terreno de alta montaña, los bofedales son un “oasis” porque proveen de alimento a la fauna silvestre y son refugio para roedores y aves migratorias.

PELIGRO DE EXTINCIÓN

“Existe una necesidad de otorgar el valor ecológico a estos ecosistemas y a pesar que los habitantes del lugar hacen uso frecuente de los bofedales y los cuidan, se encuentran en peligro de desaparición en el presente contexto de variabilidad climática”, acotó.

Respecto a los estudios del agua proveniente de los glaciares y que llega a los humedales de Hampaturi, Flores detalló que se cumplieron con las mediciones del volumen en litros por unidad de tiempo que circula entre los sistemas de vegetación.

“Se ha medido el caudal de agua en 15 bofedales y se obtuvo un promedio en varias repeticiones. La cantidad de agua que ingresa a la vegetación supera en un 20 por ciento aproximadamente a lo que sale, lo que quiere decir que existe una cantidad que se queda en el ecosistema”, reveló la bióloga.

Reconoció que existen incógnitas, por ello se necesitan mayores estudios referidos a constatar si el agua que sale de los bofedales es la misma que ingresó o se trata del líquido que fue almacenado hace meses o años atrás.

Los resultados del presente proyecto y el iniciado en 2014, denominado “Calidad ecológica de bofedales altoandinos de Hampaturi enmarcado en un enfoque socioambiental”, beneficiarán a las comunidades de la región que podrán tomar decisiones a futuro para posibles planes de manejo y monitoreo socioambiental de los ecosistemas que dependen del agua.

 
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