Las atribuciones de las FFAA son claras en la Constitución Política y por ello las recientes medidas asumidas por suboficiales y sargentos rompen la unidad y la disciplina que deben existir en la clase militar, suscitando diversos comentarios que perjudican la imagen de sus miembros como institución militar, sus mandos y tropas, que tienen la misión de resguardar las fronteras y velar por su soberanía. Los pronunciamientos y pedidos de los suboficiales y sargentos deben ser tratados con los mandos militares, según sus normas y reglamentos, por lo que sorprendió la decisión de dar de baja a más de un millar de ellos.
El Alto Mando debió hacer análisis antes de semejante medida drástica, que nunca se dio en el seno de la institución y que, con seguridad, ha sido motivo de reconsideración. Para nadie son secretos los vínculos que existían entre los gobiernos de Bolivia y Venezuela, con motivo de la socialización de los dos países, por lo cual el gobierno del extinto presidente Hugo Chávez ayudó económicamente a la clase militar de Bolivia, para que suban sus sueldos en forma exagerada, por lo cual se constituye en un sector privilegiado, cuya situación contrasta con la de muchos otros sectores sociales, cuyos integrantes tienen salarios bajos, que no compensan el aumento del costo de vida.
El conflicto militar puso al descubierto varias irregularidades que provocaron reclamaciones, que pueden ser justas o no, pero causan malestar en la ciudadanía. Han pasado más de 30 años desde los golpes militares, que fueron habituales en nuestro medio y cuando se empezó a institucionalizar a un país considerado como golpista y revoltoso en Latinoamérica, produjo sorpresa en los medios políticos de diversas tendencias del exterior.
Pese a estas contingencias Bolivia sigue adelante, porque gracias a Dios cuenta con recursos naturales como gas, petróleo y minerales, que dan lugar a fondos de sostenimiento de nuestra economía, razón por la cual el país está en una situación privilegiada, que contrasta con la de la mayoría de los países socialistas de esta América morena. También se afirma que esta supuesta bonanza económica está relacionada con el narcotráfico, que hace circular dinero en diversas formas, pero pese a ello, hay sectores de trabajadores que luchan por mejorar, aunque aumenta la pobreza.
El cierre de empresas se produce porque no pueden cumplir con obligaciones sociales, lo que provoca despido de trabajadores, como lo hicieron los miembros del Alto Mando al plantear la baja de un sector de militares, para luego reconsiderar tal medida, causando inestabilidad entre sus miembros. El fondo del problema de la clase militar es económico, ya que los oficiales y jefes ganan sueldos elevados y jubilaciones con el cien por ciento de sus haberes, lo que no tienen la clase civil y suboficiales y sargentos, que perciben sueldos bajos y para mejorar sus condiciones de vida piden que se les dé capacitación en institutos militares, para poder ganar un poco más, pedido que está siendo discutido en el Alto Mando.
El artículo 210 con respecto a las Fuerzas Armadas es claro, por el concepto de que ellos no deliberan y dependen sólo del Capitán General, que es el Presidente. La opinión pública está pendiente del desarrollo del conflicto militar, ya que afecta a todos los bolivianos, porque es necesario que las Fuerzas Armadas aparezcan como un bloque monolítico de unidad, ante países, como Chile, que siempre están pendientes de cualquier desfase que pudiera favorecerles y mucho más si Bolivia ha presentado la demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, con el objeto de acabar con su encierro por falta de una salida al mar.
El autor es Profesor
Emérito de la UMSA.
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